La primera vez que vimos esa palabra nos impactó sobremanera.... ¡Uy, qué mal suena eso! Y es que, fonéticamente hablando, el sonido se asemejaba muy mucho a una forma algo vulgar de denominar a las partes "pudendas" de las féminas. Y el caso es que, en ese momento inicial de nuestro acercamiento con el término, no investigamos más. Fue la constancia de su aparición lo que nos hizo comentarlo con uno de nuestros consortes, quién rápidamente se fue a San Google y nos resolvió el enigma. Si, sí, no lo dudamos... Somos unas catetas en este sentido. En ningún momento nos podíamos imaginar que la palabreja en cuestión pudiera significar besos y abrazos. Y es que nosotras, que somos de esta época, todavía usamos el lenguaje a la manera tradicional. Pero las nuevas tecnologías y su curiosa terminología ya están, con no poco esfuerzo, calando hondo en nuestro día a día.
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De todas formas, nosotras no podemos evitar leerlo de corrido y seguir pensando en aquello que dijimos..., pero bueno....
¡¡Adiós, XoXo!! (con perdón, jajajajaja)