Revista Diario

Xxxv - دولة قطر

Por Aletaubas

Sol:
Esta es mi despedida. Me voy. Continuo con el viaje que me propuse. No hay nada que desee más en el mundo. Y estoy dispuesto a aceptar el costo. No creo que vuelvas a saber de mí.

 

Se que te voy a extrañar. Supiste convertirte en mi compañera. Mi vida afectiva no tenía un sentido. Me enamoré joven y me rompieron el corazón. Nunca me repuse de eso, creo. Quise alejar a las mujeres de mi vida. Dejé de creer en todo. Creí que ya nadie me emocionaba. Nunca mentí, pero tampoco le di lugar a nadie. Con el tiempo pude ver que fui muy cobarde.

No se si todo habrá sido responsabilidad mía. Quiero creer que las personas que se relacionaron conmigo tampoco me tuvieron la paciencia necesaria para que yo relajara mis inseguridades. Supongo que necesitaba a alguien con tacto, alguien que viera en mí algo más de lo que yo mostraba. Pero nadie apareció.

 

Encontrarte y buscar conocerte por internet cambió las reglas del juego. No tuvimos otra opción que conocernos antes de tocarnos. La sexualidad se postergó, inevitablemente. Se volvió la consecuencia de nuestra relación y no la causa, como había sido siempre para mí. Nos conocimos, sin mirarnos.
Conocí a alguien en problemas, atemorizada, que aparentaba vivir en un mundo de colores pero que resultó ser un mundo teñido de negro. Y aunque fue tu belleza lo que me enamoró en el preciso instante en que te vi, fue tu compañía la que me cautivó y la que causó tan fuerte arraigo.

 

Las personas que daban vueltas en mi vida fueron quedando atrás y vos… vos tomabas poco a poco el primer y único lugar. Pero empecé a sentir temor. Mi juego de conquista me conquistó a mí. Perdí visibilidad de lo que podrías estar sintiendo. No pude ver más allá de la paranoia que produce el amor.
Hasta que te vi. Por segunda vez. Verte caminar hacia mí, en el pasillo del avión, es una imagen que me acompañará el resto de mis días. Cumplí un sueño. La vida me regaló un encuentro perfecto. Un instante en el que dos personas se miran y no existen ventajas ni desventajas para nadie. Momentos que creemos que no existen, que dejamos de buscar por temor a quedarnos toda la vida buscando. Un momento de amor total.

 

Pero me hicieron daño Sol. Y cuando tuve un segundo para pensar reaccioné por historia y no por presente. Y a causa de ese error, te perdí. Era predecible, no estoy acostumbrado. No es un problema de tiempo, es un problema de consciencia. Yo no era consciente de lo que me estaba pasando con vos. Recién ahora logro comprender.

 

Así termina nuestra historia. Pero no hay dudas: comenzará otra.


Volver a la Portada de Logo Paperblog