Bañándome los pies en el mediterráneo. Ciudad Jardín, en Mallorca.Mamading y balconing, dos nuevas modas en la isla. Antes de terminar este periplo vacacional quise volver a Mallorca, donde el calor del verano aprieta día y noche y el reflejo de la luna sobre el mar que la rodea es especial. En los años cuarenta fui concebido en esta isla por parte de un guardia civil mallorquín y de una tojorina. Y en el ciclo de unas vacaciones en Francia, quise terminar volando hacia esta isla que, para no pocos de sus habitantes que viven en ella, es el centro del mundo pero que, en el mapa, apenas se apercibe.
Si España es un país que no destaca entre los grandes exportadores europeos, Mallorca apenas es conocida por sus ventas al extranjero. Pero sus dirigentes no dejan de apreciar con cierto orgullo sus relaciones con el exterior, en medio de una crisis que ha humillado profundamente a la isla. Dicen que sus galletas Quely son vendidas en 44 países y están conquistando el mundo. Que Camper o Lotusse diseñan calzado, bolsos y moda en 57 tiendas extranjeras, 45 de ellas, en China. Que los zapatos mallorquines pisan por todo el mundo y la expansión de los hoteles mallorquines ha saltado los mares llegando a Caribe, Venezuela o México. Que este año, la comunidad balear cuenta con cerca de 3.000 empresas exportadoras. Que sus pymes se incorporan al mercado exterior y las grandes empresas isleñas llegan cada año más lejos. Que Estados Unidos importa piel y galletas procedentes de Mallorca; la República Dominicanay México, hoteles, muebles y grifos; Caimán y Bermuds, yates y veleros; que los países europeos importan hortalizas, alimentación, calzado, perfumes de la isla; que China, Australia y Japón compran calzados, perfumes y cuero, Marruecos, informática y construcción, y Australia, calzado y alimentación. Unas exportaciones que se dispararon y crecieron un 55%.
Pero el hecho incuestionable es que la crisis no ha dejado de crecer en la isla en la que la federación de la pequeña y mediana empresa pone en entredicho su futuro. En mi corta semana de estancia, nunca vi tantos parados, carteles de cierre y de venta de locales. No por ello, los isleños se rinden. La isla ha perdido la mitad de su industria en menos de diez años. Y la falta de apoyo público lleva a los empresarios a buscar negocios más fáciles, como el turismo. Y a los periódicos a jugar con los records de toda clase, como el melón de Vilafranca que pesaba 21,440 kilos, casi 200 gramosmás que la anterior plusmarca.
Dicen que el aeropuerto de Palma registró durante el mes pasado un total de 3.742.797 pasajeros, un 5% más que el mismo mes del año pasado, consiguiendo el mejor mes de agosto de su historia, y, además del mercado nacional, que continúa su recuperación, los que más han crecido desde que comenzó la temporada de verano son los turistas belgas (más del 24 %) , los italianos, con más de un185, y los suizos, con un 12 por ciento, además de los holandes y los australianos.
Otras curiosidades de la isla son recordadas como la playa des Carnatge, entre Cala Gamba y Cala Estància, único punto en que permite el baño y la libre circulación de canes; se aireó el correbou de Fornalutx, contra el cual se manifestaron los miembros de la ICA Animalista, protestando con pancartas críticas contra el mismo, al considerar que “se trata de un maltrato y una humillación al toro”. gritando proclamas como “Pueblo del medievo” y “La tortura no es arte ni cultura” mientras que municipios como Algaida y Capdepera se declararon antitaurinos. Incluso las desgracias son aireadas en la prensa. Los años anteriores pusieron tristemente de moda el balconing, término que expresa la moda de tirarse por un balcón a la piscina provocando la muerte en medio de una fiesta con abundante alcohol. A principios de julio pasado, estallaba el mamading, escándalo de Magaluf difundido en las redes sociales. Se trataba de un vídeo que mostraba a una joven turista practicando una felación colectiva a numerosos chicos durante el transcurso de una de las habituales excursiones etílicas que se organizan en Punt Ballena de Magaluf. Pero lo que, en un principio, parecía una simple anécdota desagradable se convirtió en las semanas posteriores en el extorsioning, un escándalo que afectaba a la cúpula policial del municipio de Calvià con el ingreso fulminante en prisión del jefe de la Policía Local, José Antonio Navarro. El sexo, las drogas, las grabaciones con cámaras ocultas y prácticas mafiosas como cócteles explosivos fueron contados con toda clase de detalles por la prensa. El jefe policial asegura que la escena recogida por el vídeo es un simple simulacro para entrenar al perro.
Mis días de estancia en la isla en donde nací me llevaron a una visita al mar. Busqué una cala no muy distante de Palma, en el momento en que el sol caía sobre el Mediterráneo. Y caminé descalzo, mojándome los pies sobre la fina arena de Ciudad Jardín, no lejos de algunas rocas. La sensación que experimenté ante las olas que iban y venían con un lazo de espuma me devolvió la niñez perdida y casi olvidada. Algo que, por sí solo, bien valía una visita a la isla.