Revista Música

Y a los veinte años resucitó...

Publicado el 16 febrero 2010 por Sextohombredigital
Y a los veinte años resucitó...
Nosotros, jóvenes como somos, hemos asistido en los últimos años a la mayor revolución que jamás se haya dado en el mundo de la música.
Yo empecé escuchando sobre todo la radio, y grabando de malas maneras las canciones que me gustaban en cintas, y hoy, veinte años después, miro por el retrovisor y lo veo como algo prehistórico...
Nunca olvidaré el primer walkman que tuve, era amarillo y tenía el tamaño y el peso de un ladrillo, pero en su momento me pareció un avance tecnológico similar a la teletransportación. Después llegó el discman, y yo alucinaba con la posibilidad de poder llevarme mis cds allí donde quisiera. El discman me parecía algo definitivo y difícilmente mejorable, pero pronto llegó el mp3 y cambió el mundo. En un sólo cd podías meter más de cien canciones, y si además tu discman tenía reproductor de mp3, podías llevarlas contigo al fin del mundo...
Además, con la entrada de internet en mi vida, no había canción en el mundo que se me resistiera. Me pareció algo tan sublime que no dudé en gastarme un dineral en cambiar mi discman por otro con reproductor mp3, pero a los pocos meses apareció un amigo mío con un aparato que cabía en su palma de la mano, un reproductor de mp3... El tamaño de los reproductores fue disminuyendo, y la capacidad aumentando, y después de pasar por varios de ellos, decidí dejarme de historias e invertir en un iPod Touch, un cacharro que además de poder almacenar Gigas y Gigas de canciones, te permite navegar por internet o ver películas, entre otras muchas cosas...
¿Qué por qué os cuento esto?. Pues porque el otro día encontré mi primer walkman, miré de reojo y no pude evitar sonreír... Cómo hemos cambiado, y en sólo veinte años...
Pero esto no es todo, ni mucho menos, y es que dos décadas después de empezar a enamorarme de la música, de escuchar cintas y cds, después de haber tenido walkmans, discmans, reproductores de mp3, resulta que ahora, lo que me gusta es escuchar vinilos...
Mi padre no daba crédito el día que vio el tocadiscos en casa, y es que, como dijo, después de haberse gastado tantísimo dinero en que su hijo tuviera todo tipo de aparatos reproductores a lo largo de su vida, ahora le ha dado por el vinilo, como en sus tiempos...
Así es, soy un recién llegado al mundo, un novato, pero son muchas las razones que me empujaron a dar el salto. Vivimos el momento más crítico en la historia de la industria discográfica (que no de la música), el mercado agoniza y los números son claros; las ventas de cds cayeron en España un 18,2 % en 2009, y aunque la venta por canales de internet ha subido un poco, la venta total de música (en todos los formatos) ha caído en un 17% con respecto al año pasado. Sin embargo, si miramos los números del vinilo, podemos ver algo de luz, y es que si en 2008 se vendieron 40000 escasas copias en este formato, el año pasado fueron 160000, un 165% más. ¿Por qué?. He aquí algunas razones;
- Durante años el vinilo ha estado marginado; los grupos no se animaban a publicar en este formato, por lo que las opciones de conseguir un disco actual eran reducidas. En los últimos tiempos muchos se animan con el vinilo, y en las tiendas puedes encontrar desde los típicos Abbey Road de los Beatles al último de The New Raemon, Beirut o Anni B Sweet...
- No voy a entrar en cuestiones de sonido que un técnico podría rebatirme en un segundo, pero el vinilo nos ofrece una calidez que no tiene el cd. Simplemente ese chisporroteo que acompaña las canciones convierte la escucha de un disco en algo más íntimo.
- Otra cuestión importante es la estética, y no creo que este punto admita discusión. Por muy currado que esté el libreto de un cd (que los hay preciosos, ojo), este nunca podrá igualar la belleza de una buena portada de LP. El tamaño, el cartón... ¡Donde esté una estantería llena de vinilos que mueran las torres de cds!
- Por supuesto, no es lo mismo hacer click con el ratón que sacar un disco de su funda, colocarlo en el plato y pinchar la aguja... Este ritual te hace partícipe del disco, es de lo más agradecido...
- En los últimos tiempos, entre la banda ancha, emules, megauploads, torrents y demás inventos del diablo, tendemos a acumular discos sin conocimiento. Me gusta una canción de un músico, pues me bajo su discografía. Hemos perdido lo que teníamos antes, el pagar por un disco y escucharlo de principio a fin una y otra vez hasta desgastarlo... Con el vinilo, de alguna manera recuperamos esa sensación, y es que hay pocas cosas más reconfortantes que tumbarte a escuchar un vinilo que acabas de comprar...
- Por último, una clara ventaja es el poder acceder a discos de segunda mano. Sí, también se venden cds de segunda mano, pero, al menos a mí, jamás se me ha ocurrido comprar uno... En cambio, si sabes donde buscar, en las tiendas de música y mercadillos abundan las cajas llenas de discos a precio muy asequible. Hay que tener paciencia y suerte, pero siempre se puede dar con algo interesante...
Pero el vinilo también tiene sus detractores, no creais... El precio es un inconveniente, de eso no hay duda, si quereis un buen disco vais a pagar entre 18 y 23 euros seguramente, cuando no más. Es caro, sí, pero soy de los que piensa que, puestos a pagar 15 por un cd, merece la pena hacer un pequeño esfuerzo para hacerte con el vinilo...
También hay quien dice que los discos se rayan fácilmente, que el polvo hace estragos, que a partir de la vigésima escucha el sonido pierde calidad... Pero, lo siento, como os decía apenas llevo dos meses y aún no le he encontrado inconveniente alguno. Es más, hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de la música... Melómanos, si estais en duda, ni lo penseis, merece la pena...

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