Venir de vacaciones, deshacer la maleta y ponerse a trabajar al día siguiente, sin hacer un pre-contacto puede generarnos alguna o varias de estas alteraciones, ya que estamos aun desconectados de las actividades y horarios a los que nos incorporamos. El viaje realizado nos ha permitido alejarnos de la rutina, distraer nuestra mente, ir a otro ritmo… creando una nueva rutina.
Al igual que cuando nos vamos de vacaciones tomamos un tiempo para prepararlas, preguntándonos: ¿Dónde vamos este año?, ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Qué haré cada día?, ¿Cuánto tiempo estaré?... entre otras cuestiones; es importante dedicar los últimos días de vacaciones para preparar la vuelta a la rutina laboral que habíamos logrado romper, reflexionando sobre ¿Cuándo regreso?, ¿Qué haré?, ¿Cómo?, ¿Cuánto tiempo necesito dormir?, ¿Qué atiendo antes?…, y así poder organizarnos de una forma gradual y realista, teniendo en cuenta las prioridades.Dicho de otra forma: es importante ¡descansar de las vacaciones! Y aprovechar ese tiempo, para acercarnos a los horarios y actividades de los próximos días. Ir poniendo nuestra mente y nuestro cuerpo: ON.