Revista Videojuegos

Y ahora, ¡Ludopharmacos.com!

Publicado el 29 enero 2016 por Ludopharmacos @ludopharmacos

Antes que nada, bievenidos.

Si llegaron hasta este nuevo sitio es porque quizás entraron al viejo y vieron el anuncio que Eugenio allí les dejó. No voy a hacer ningún comentario respecto al discurso de ese zoperutano alcohólico.

Lo cierto es que, como podrán ver, están ante un nuevo sitio. Entenderán que el diseño cambio, y que también nuestra dirección pasó a ser un .com. Eso significa muchas cosas. En la vida normal de los blogs  tamaño cambio es similar a la independencia económica que se adquiere luego de abandonar la casa familiar. Así como los pájaros huyen del nido de sus padres para formar una bandada propia de animalejos que solamente vuelan y defecan en el aire, los sitios webs salen de los escondrijos que gratuitamente los mantienen.

Esto, claro esta, es parte del proceso natural de la vida, que también se replica en esta vorágine  digital. Sin embargo nuestro caso no es igual al resto. Dejar el cálido abrigo de un .wordpress y el cese de la inimputabilidad a la hora de subir contenido ilegal responde a otras cuestiones.

Bien sabrán ustedes que nos leen eventualmente -esto es así, las estadísticas de visitas no mienten- que junto con Eugenio nos encontrábamos laburando en una mugrosa redacción desde la cual escupíamos las más variopintas letras. Fue allí que nos conocimos, pese a que Eugenio se la pase hablando de noches en bares que jamás existieron en barrios que nunca fueron fundados. Durante incontables horas nos sentábamos a redactar los más soporíferos artículos sobre viejas que se hacían tirar las cartas en las esquinas de Boedo e imberbes trajeados con sonrisas de cartón tomando licores caros y endulzados en los bares del Bajo porteño.

Un día como cualquier otro, en la hora de almuerzo, entre bolsas de tutucas y maní crocante que alternábamos con hachazos del Golden Axe emulado en una Pentium II cartoneada vaya uno a saber donde, se presento una de las supervisora gritando como buena cajetuda que era: la primavera y las hormonas hacían desastre con su delicada psiquis de concheta de Caballito.Entre puteadas referidas a la mugre que hacíamos y la “porquería que estábamos jugando”, nos pidió amablemente que confeccionáramos un nuevo sitio.

Charlas más, charlas menos, la Redacción de Ludopharmacos quedó a nuestro cargo, junto con las otras tareas que cumplíamos. No nos molestaban demasiado y no lo leían -solo controlaban la cantidad de posteos y caracteres utilizados-, lo cual siempre nos dió una falsa sensación de libertad de expresión y autonomía relativa.

Pero la realidad es que el sitio no era nuestro. Hasta que un buen día -hoy, si estan leyendo esto ahora, o hace unos días, si somos cronológicamente coherentes- cerveza y vino de por medio, tuvimos una increíble idea con Eugenio. Estábamos, para variar, en el rincón más oscuro de una vulgar plaza del barrio Enrique Delfino de General Pacheco, probando licores varios, cuando escupo lo siguiente:

-¿Y si dejamos esa mugrosa redacción y formamos nuestro propio sitio?

En el momento exacto en que pronuncié dichas palabras, sin pensar en cuestiones económicas ni como pagar los remedios psiquiátricos una vez que deje de entrar guita, una vieja que caminaba por la mugrosa plaza se resbaló al pisar mierda de perro, cayó a un charco de agua soltando los huevos, tomates, el pan y un ramo de flores que llevaba encima.

Para mi esto solamente significo una carcajada atronadora, pero Eugenio, que es un analfabeto muy supersticioso, salió corriendo a la timba más cercana -no sin antes pedirme plata- haciendo calculo de los números y todas esas boludeces que los pobres diablos tienen en cuenta a la hora de apostar.

A los dos días dejamos la Redacción. Ganamos una buena guita con esa vieja zaparrastrosa que se cayo, sin quitarle merito al timbero de Eugenio. Decidimos invertir parte de la guita para financiar nuestra primer PyME:

¡LUDOPHARMACOS.COM!

Es así que ahora tenemos una modesta oficina en el barrio de Mataderos, lugarejo extraño si los hay, lleno de compadritos, olor a bosta de vacas y vecinos trastornados.

También contratamos a dos redactores más, pensando esto como otra inversión. Uno es un chicuelo emigrado de España, un tal Jordi Noticioso. El otro es un porteño, Felipe Gazulo, que vivió unos años en Austin, Arkansas. Ahora que somos unos flamantes empresarios, necesitamos hacer más guita con la tarasca que pusimos al principio. Es por eso que Ludopharmacos ahora tendrá más contenidos, para que los buscadores idexen más nuestro sitio y de una vez por todas Ludopharmacos sea un tema de charla en la mesa familiar.

Habrá más cosas. Secciones de noticias, espacios para la literatura, más juegos portables, roms, falopa lúdica, peliculas, reviews y todo eso que ya veníamos haciendo. Pero ahora con un sitio propio, un diseño un tanto mejor y cosas que iremos agregando.

Esperamos que la inversión inicial sirva para generar más guita, contratar más redactores, no laburar nunca más y vivir de las regalías que deje nuestro sitio. La guita de la quiniela no nos va a durar eternamente; Eugenio es un tipo muy vicioso y mis medicamentos no son gratis.

Así que sigan leyéndonos, compartanos en Facebook, retuiteenos en Twitter, sigannos en Instagram y por sobre todas las cosas páguennos dinero porque ahora se acabo la joda para estos humildes pacientes psiquiátricos.

Hasta luego,

Esteban


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