“La resolución que se vota hoy es un ejemplo perfecto de por qué la política estadounidense de aislar a Cuba no estaba funcionando”, dijo la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas. Y así fue. Ni siquiera Estados Unidos e Israel, eternos aliados, votaron a favor de la continuidad del embargo de EE.UU contra Cuba.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, minutos antes de la votación, dijo que su Gobierno está en desacuerdo con algunos de los puntos del texto, pero quiere dar un nuevo paso en su acercamiento con La Habana, también en Naciones Unidas.
“En lugar de aislar a (el Gobierno de) Cuba (…) nuestra política aislaba a Estados Unidos. Incluido justo aquí en Naciones Unidas”, añadió la diplomática.
“El voto en abstención anunciado constituye seguramente un paso positivo en el futuro de mejoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”, dijo Bruno Rodríguez, Canciller de Cuba, ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
Pero lo increíble, es que Cuba se acostumbró a dar pataletas contra el embargo de tal modo, que al parecer no quiere desprenderse de su entorno. El embargo ha sido el pretexto perfecto de la Revolución Cubana para justificar su probada ineficiencia. Ha cargado con todas las culpas, las maldiciones, las justificaciones. Pero el embargo ha llegado a su fin aunque su certificado de defunción no se ha decretado oficialmente todos saben que agoniza y que su estado de salud es irreversible.
Pareciera increíble, pero no por cacareada, Cuba está lista para la noticia.
Con información de Diario de Cuba.
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