¿Y ahora que se supone que tengo que hacer?

Llevamos, o mejor dicho, llevan los franceses una semana terrible, plagada de atentados, de muertos y de sobresaltos. Asesinos islamistas ejecutando gente en periódicos, en supermercados, policías, en fin, sembrando el terror por toda Francia. Muerte, desolación y destrucción que siembra este terrorismo islámico allá por donde pasa. Muerte y destrucción que han sembrado en los últimos tiempos por muchos países del mundo, son muchos los atentados y atrocidades cometidas por estos indeseables en los últimos tiempos. Probablemente nadie sea capaz de citar de memoria todos los atentados que han cometido en, digamos, que los últimos meses y ni siquiera sean capaces de citar ni los países, ni el número de muertos de cada uno.

Pero yo hay algo que si que recuerdo de todos atentados, la indiferencia que han provocado no sólo en los políticos occidentales, también en los ciudadanos occidentales. No soy capaz de recordar ni el número de muertos, ni los lugares donde se cometieron los atentados, pero si soy capaz de recordar algunos “detalles importantes”. Soy capaz de recordar que el terrorismo islamista ha secuestrado a 200 niñas en Nigeria de las que todavía no se sabe nada. Soy capaz de recordar las atroces imágenes de decapitaciones, de crucifixiones, de matanzas de hombres, mujeres y niños, Y NIÑOS, en Irak por el simple hecho de ser cristianos. Soy capaz de recordar, también, la matanza de más de cien niños en Pakistán no hará más de 15 días. No me acuerdo de muchos detalles de todo eso pero si recuerdo que de todos esas masacres el mundo occidental no ha dicho nada.

Ahora, si, ahora salen los políticos franceses, españoles, americanos, ingleses, alemanes….y nos hablan de terror. Nos hablan de terror y nos hablan con palabras inconsistentes como libertad, libertad de expresión…Esto es, ya nos están diciendo que es lo que tenemos que hacer, como tenemos que reaccionar. Convocan una manifestación en París para el domingo, crean lemas con esa frase de “Je suis Charlie” que se supone que todos debemos citar y colocar bien visibles en nuestros perfiles de redes sociales, se supone que llegó el momento de solidarizarse porque lo digan ellos.

Y ahora todos, aunque nos creamos las personas más independientes y más libres del mundo, allá que vamos como borregos, que si, que “je suis Charlie”, que viva la libertad y fuera el terrorismo, pero no nos movemos por voluntad propia, no nos movemos por solidaridad porque si no lo habríamos hecho mucho antes. Ahora nos movemos por miedo, porque nos ha tocado más cerca y por pura moda, pura moda que es lo que acaban siendo estos movimientos. Pura moda como lo fue aquel “Bring back our girls” del que ahora nadie se acuerda y que sólo se puso de moda cuando los que mandan quisieron.

No se si será cuestión de edad, cuestión de desengaños o una simple cuestión de decepciones, pero el caso es que yo ya no me creo nada. Detesto el terrorismo como el que más, pero no pienso poner ni el “Je suis” ni asistiría, aunque pudiera, a ningún tipo de manifestación popular y sobre todo populista. A todo esta salvajada le han podido poner fin todos esos que convocan manifestaciones hace mucho tiempo. Que no convoquen manifestaciones y que nos expliquen simplemente por qué están permitiendo a esta gentuza que siga matando.