Y así era, una preciosa ciudad con todo tipo de arquitecturas mezcladas, con mozambicanos vestidos a la última moda (entiéndase "última moda africana"!). Restaurantes de todo tipo y un bar en cada esquina. ¿Puede ser que me recuerde a Madrid? No sé, pero me sentí como en casa. Sí, debo reconocerlo, soy un chico de ciudad y Pemba no deja de ser un pueblecito costero donde pasar las vacaciones.... pero vivir de vacaciones, alguien lo soportaría? A veces es necesario volver al stress de la gran ciudad.
La visita para nada estaba relacionada con algo de ocio, de hecho el viaje era para pasar solo dos noches y asistir a unas reuniones, sin embargo, mi subconsciente no paraba de decirme "Sergio, cambiar el vuelo de vuelta no es delito, puedes hacerlo...sergio...sergio..." y acabé haciéndolo, así que me quedé tres días más. Aproveché para pasear por la capital y para ir a la zona sur del Parque Kruger en Sudáfrica, siempre en buena compañía, por lo que lo disfruté al máximo.
Encantado me hallo, por lo que volveré en diciembre a pasear un poco más. Mientras tanto, aquí os dejo unas fotos.
Samora Machel apuntando al cielo
¿Sabíais que había una casa diseñada por Eiffel? (yo no)
Atardeceres en Maputo, donde el sol no se pone, se cae.
Estación de ferrocarriles
El edificio más alto, el "33 andares".
En el centro de arte franco-mozambicano hay esculturas hechas con restos de la guerra
Y ahora unas pocas de Kruger, para no ser cansino con los animalitos podré también unas montañas curiosas que encontramos en el camino.