Etapa tranquila del Tour de France donde el maillot amarillo fue el gran ausente. El líder Chris Froome (Sky) rodó vestido como uno más, al desistir llevar el maillot tras abandonar Tony Martin (Etixx-Quick Step). Mark Cavendish (Etixx-Quick Step) volvió a la victoria de etapa en final al esprínt.
Séptima etapa, llana, entre Livarot y Fougères (190,5 km) en tierras normandas. Tras caídas masivas, caos en los kilómetros finales, abandonos de dos maillot amarillos -Fabian Cancellara (Trek) primero, Tony Martin (Etixx-Quick Step) después-, lluvia, viento, pavé, etc. llegó la paz. El pelotón, siempre tras la rueda de los hombres de Lotto-Soudal y Etixx-Quick Step -a favor de los esprínters André Greipel y Mark Cavendish, respectivamente- rodó parejo y paulatinamente devoró el margen de la fuga de cinco corredores, que nunca obtuvieron una cuota significativa.
No hubo caídas, no hubo adversidades imponderables. Eso sí, el pelotón rodó sin maillot amarillo ya que Chris Froome (Sky), segundo en la general, desistió vestirlo tras el abandono de Martin.
En los últimos 25 km el pelotón aceleró decididamente y neutralizó sin mayores inconvenientes a los fugados a falta de 11 km para meta.
A 9 km del final Sky tomó el mando del pelotón, llevando a un líder en la general aún vestido de auri-negro. Lotto-Soudal armó tren por la banda derecha del asfalto, Movistar en el centro y BMC por la izquierda. El ritmo era muy veloz, diluyendo cualquier intento de ataque para tirar abajo el esprínt.
A 5 km, el tren de Giant-Alpecin serpenteó y se coló en el frente, a favor de John Degenkolb. Buen movimiento técnico de cara al final. Inmediatamente Etixx-Quick Step hizo lo propio para Mark Cavendish. Así, los trenes de Greipel, Degenkolb y Cavendish ya estaban posicionados.
Sin embargo una rotonda restando 2 km para el final trastocó el orden. Fue la oportunidad para que los trenes del Lotto-Soudal más Katusha y FDJ desplazaran al Giant-Alpecin del frente. Nunca más este equipo volvería a posicionarse de modo idóneo en favor de Degenkolb. El tren del Etixx-Quick se diluyó, pero Cavendish supo mantenerse bien posicionado -viejo zorro-, al igual que Peter Sagan, quien nunca contó con el sorporte del Tinkoff-Saxo.
En el esprínt final el Katusha de Alexander Kristoff contó con amplia superioridad numérica para quedarse con la victoria, pero faltó el golpe de pedal decisivo. Desde atrás esprintó Greipel y Cavendish rápidamente se coló a su rueda, detrás Sagan. En los últimos 100 mts y con Greipel ya vaciado contra los elementos, Cavendish se impuso para volver a la victoria.
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