Ahora que nuestros hijos han comenzado las vacaciones, nos desespera observar cómo pueden dormir tantísimo.... Si por ellos fuera, se levantarían a las dos de la tarde, y eso es pronto.... Pero aquí están dos sargentas que, siempre madrugadoras, se encargar de "tocar retreta" a una hora más decente..., que de vagos está el mundo lleno y tampoco hay que incrementar el cupo. Aunque, si os decimos la verdad, a veces nos dan una envidia tamaño folio... Y es que una de nosotras no duerme nada...., y la otra tampoco. ¿Por qué será? Ay, Dios...., ahí lo dejamos a la imaginación y deducción de muchas féminas de nuestra generación que estarán en la mismita situación. Así que, para conciliar (o no) el sueño, leemos. ¡Al menos nos ilustramos con los libros! Que vaya desperdicio sería no dormir y seguir contando ovejitas, habiendo estupendas novelas con las que disfrutar una y otra noche. Por eso, somos fans de las librerías junto a las camas. Tener a mano una buena obra es, en grado sumo, un buen aliciente para ir al catre (sin menospreciar otros alicientes también muy, pero que muy apetecibles).
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¿Cómo lleváis lo del sueño? ¿Y lo de la lectura en la cama? ¿Y los otros alicientes? Ay, que nos estamos despendolando.....