!Y apareció la escritura!

Hoy en día, una importante parte de la población mundial no sabe vivir sin la tecnología, que de una manera extremadamente rápida, se ha instalado en la vida cotidiana del mundo occidental. Parece que ya nadie se acuerda de vivir sin móvil, ordenadores, GPS, internet, etc. Sin embargo, y en comparación con los años que el ser humano lleva sobre la superficie terrestre, hace apenas unos años que, utilizando una expresión hecha, se puso la primera piedra para poder llegar al tipo de comunicación, no verbal, que se conoce en la actualidad, y ese hecho se marca en la aparición de la escritura. Unos símbolos que distan mucho de los alfabetos que se utilizan en el siglo XXI.

Pues bien, este invento que transformó la vida del mundo antiguo no se produjo ni en Europa, ni en América del Norte ni en el este asiático (Japón, Corea del Sur, China), lo que se conoce como las grandes potencias económicas actuales del planeta. Esta invención se produjo en una zona de inmensa riqueza natural, que posibilitó la creación de las primeras ciudades estables de la historia, y ese lugar se conoce como la Creciente Fértil o Mesopotamia, unas tierras bañadas por los ríos Tigris y Eúfrates, en las actuales zonas de Siria, Libia, Irak, parte de Arabia etc. De este modo, y con una civilización sedentaria y asentada en un lugar especifico comienzan a desarrollar sus formas de vida, su economía, sus tradiciones y cultura, y en esa coyuntura empiezan a escribir sobre diversos temas, aunque casi todos se centraban en relaciones comerciales y de vida cotidiana.

Así pues, las primeras tablillas de  arcilla (muy distinto al papel que utilizamos en la actualidad) que encontramos con escritura datan de, en torno, al año 3.500-3.200 a. C. y aparecen en la zona sur de Mesopotamia, donde se había instalado lo que se cree, es la primera gran civilización de la historia, los Sumerios. Un pueblo que se hizo con el control de casi toda Mesopotamia y que bajo el periodo conocido como “De Uruk”,  comienzan a dejar por escrito su vida. Un sistema de símbolos que en un primer momento se corresponde con unos trazos cuneiformes, es decir, la escritura se basaba en símbolos realizados en forma de cuñas y clavos, y dependiendo en la forma de escribirlo (horizontal, vertical o diagonal) tenía un significado u otro.

Por último, queremos destacar que la escritura desde un primer momento se encontró en constante cambio y evolucionando hacia unas formas más desarrolladas de escritura, creándose, a su vez, alfabetos y marcando unos ciertos aspectos dependiendo del territorio en el que se desarrollase.