Revista Opinión
Y Asnar llego a Estepona y unifico discurso. Estaba delante el eterno candidato a presidir la Junta, cuatro veces van ya creo. El mismo señorito andaluz, siempre bronceado que le dijo aquello de “si tú te vas me voy yo” cuando anuncio que se iba, pero no se fue, ni uno ni el otro.Corrían tiempos en los que los contratos, comisiones y subcomisiones del Bigotes se daban aquí y allá y allá y mas allá. Corrían tiempos en los que mi li-derecha quería capitanear el asalto a la Junta, pero falló. Por cierto ni uno, el señorito bronceado, ni la otra mi li-derecha gaditana, ni mu de las comisiones y subcomisiones de los amigos del alma. Algo sabrán y callan.Como decía, Asnar unifica lo disperso, lo inconcreto. El señorito Arenas, a modo de discurso casi orgásmico le aclara que el siempre estuvo allí, que todo el mundo sabía porque se había ido, que todo el mundo sabía porque otros habían ganado, en fin que desde el terrorismo, a Gadafi, desde los eres a los hijos, todo se unifica cuando llega el jefe, y cual sirena le cantan los cantos que le gusta oír, ahora en andaluz.No es que dentro del Partido Popular haya varios discursos, es que están todos los discursos. En este país no existe una extrema derecha con siglas propias y por tanto esta extrema derecha la asume sin ningún problema el Partido Popular. Sí señor, sin ningún complejo, sin ningún sonrojo, pero lo mismo asumen la corriente antibelicista, en este caso me sonrojo yo, viendo al Sr. Pons, también moreno de rayos UVA, como mi señorito, lanzar proclamas contra las bombas racimo, eso, sin complejos. Entre estos dos polos ideológicos cabe todo, desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Con un sistema de comunicación a base de titulares, no importa tanto lo que se dice, sino las dos o tres frases con las que lo Twintean.Por esto nadie puede desmentir a nadie, se trata de eso, de decir todo de todos. Estar en contra de telefónica porque reparte bonus entre sus directivos, contra el Lendakari porque ya les aprieta el estar en el gobierno vasco, metiendo a presuntos delincuentes en las listas, no importa, con una poca suerte las vendicen los electores, que mayor justicia que las urnas.Todo vale, y ahora mi señorito se desmelena y rinde honores al de los pies encima de la mesa en un rancho de Texas, y es que estos chicos sí que tienen amistades peligrosas, lo que no se, si más peligrosos que ellos mismos