Dirán que no. Mentirán como lo han venido haciendo. Pronto, Ciudadanos ha aprendido de los partidos viejos, de esos a los que critican. Mienten como bellacos. Primero dijeron que no, que de ninguna forma, que al PP ni flores --y que el Congreso lo debería presidir un miembro de un partido distinto al que gobernara--. Luego ya han dicho que si se cambiaba a Rajoy la cosa cambiaría. Más tarde han comunicado que se abstendrán en la segunda votación, para facilitar el gobierno del PP. Y hoy, han dado un paso más, ya se ha llegado a un acuerdo oculto.
Lo negarán, pero no somos tontos. A nadie se le da dos puestos en la mesa del Congreso cuando no les correspondía ninguno. Y es que el PP y C’s han sellado su primer acuerdo, hacer presidenta del Congreso a Ana Pastor. Y en el acuerdo les dan dos puestos en la mesa del Congreso –una vicepresidencia--, a cambio de que en la segunda votación de investidura, su voto sea favorable al inefable Rajoy. Ya lo verán. No hay otra. Ha nacido otro partido trepa, loco por el poder (y no querían sillones…).
Y pensar que el PSOE se partió los piños defendiendo el pacto con Ciudadanos –olvidándose de pactar con la izquierda-- y, naturalmente, como se veía venir Rivera y sus secuaces le han dejado con el culo al aire. En primer lugar porque han preferido pactar con el PP y en segundo lugar, y más importante, porque se ve venir que el PSOE, con su calculada respuesta, tendrá que abstenerse cuando Rajoy consiga los 170 diputados –incluido C’s y Coalición Canaria— y facilitar la presidencia del candidato, lo que puede provocar la desbandada de sus bases.
Pedro Sánchez no ha querido, sin embargo, aceptar una propuesta de mesa de congreso, conjunta con Unidos Podemos, pero está claro que el PSOE no quiere ver a este grupo ni en pintura, a pesar de que esa propuesta le podría haber supuesto la presidencia del “flojo” Patxi López.
Es lo que hay. Y es que Ciudadanos es también vieja política, mentirosa, trepa y defensora de quien ha instalado la corrupción generalizada (eso sí, dirán que todo lo hacen por España, por esa España “casposa, una, grande y libre”, con olor a naftalina, sacristía y corrupción).
Por otro lado el PSOE es lo que es, más de lo mismo, antes muerto que sencillo, antes con la derecha que con la izquierda. Pedro Sánchez cada vez está más muerto, cada decisión que toma es una palada más en su tumba política. Ya ha quedado demostrado. Acaba de dejar que el PP gobierne el Congreso, con las consecuencias negativas que eso puede tener. Todo menos demostrar que es de izquierdas, todo menos pactar con Unidos Podemos. Los González, Corcuera, Susana Díaz, Fernández Vara, Bono y demás calaña están ganando la batalla, el ala derechista ha vuelto a hacer del PSOE un partido ajeno a la izquierda, enemigo de la izquierda, a la que odia y trata de exterminar.
Desde luego no es una sorpresa. Ni la actitud de Ciudadanos jugando al poder con disimulo y haciendo lo contrario de lo que dice, ni la del PSOE que ya nos tiene acostumbrado a, con las excusas de hacer una política de Estado, aliarse por activa o por pasiva con la derecha.
Parece que ha empezado el baile. A punto de comenzar una legislatura donde todos irán contra Unidos Podemos. No importa, siempre que seamos capaces de que nuestra pareja de baile sean los ciudadanos. Podemos ser la única oposición a ese pacto oculto, donde parece que un partido trepa quiere poder y los otros harán todo lo posible por conservar ese bipartidismo a costa de políticas neoliberales de recortes y una sumisión calculada a la Unión Europea.
Salud y República