Revista Política
Mons parturibat, gemitus immanes ciens, / eratque in terris maxima expectatio. / At ille murem peperit. Hoc scriptum est tibi, / qui, magna cum minaris, extricas nihil. [Un monte estaba pariendo lanzando unos enormes gemidos, y en la tierra había una enorme expectación. Pero el monte parió un ratón. Esto ha sido escrito para ti que, aunque amenazas con grandes males, no haces nada].
En esta fábula del griego Esopo, recogida por Fedro (II, XXIV), se cuenta cómo los montes dan terribles signos de estar a punto de dar a luz, infundiendo pánico a quienes los escuchan. Sin embargo, al cabo de señales tan asombrosas, los montes paren un pequeño ratón. De ahí la expresión "el parto de los montes", que se refiere por lo tanto a aquellos acontecimientos que se anuncian como algo mucho más grande o importante de lo que realmente terminan siendo.
También Horacio, en su Epístola a los Pisones, invoca la fábula esópica al referirse a los escritores que escriben con estilos rimbombantes o prometen más de lo que realmente son capaces de ofrecer:
Nec sic incipies, ut scriptor cyclicus olim: / 'Fortunam Priami cantabo et nobile bellum'. / Quid dignum tanto feret hic promissor hiatu? Parturient montes, nascetur ridiculus mus. [Y no empezarás de la misma manera que en otro tiempo el que quería escribir sobre el ciclo épico: 'Cantaré la suerte de Príamo y la noble guerra de Troya'. ¿Qué cosa tan digna va a decir este prometedor con un comienzo tan grandilocuente? Los montes se pondrán de parto, y nacerá un ridículo ratoncillo]. (Ars poetica, 139)
Viene esto a cuento de las campanas al vuelo lanzadas por el Gobierno y el Partido Popular a propósito del último recuento oficial de personas desempleadas. Doña Cospedal de la Jerigonza, de profesión sus diferidos, volvió a aparecer en escena con su natural gracejo para anunciar a bombo y platillo, un día antes de su publicación oficial, que el paro registrado de agosto sería el mejor de la serie histórica desde el año 2000.
Una vez conocido el dato oficial, nos enteramos de la realidad: en un país con cerca de cinco millones de personas en paro, las políticas del Gobierno se reflejan en la creación de ¡¡¡31 empleos netos!!!!
Aparte de insignificante los analistas consideran que no es más que una cifra estadística, una diferencia producida en el recuento que obedece al descenso de 9.220 personas en el colectivo de "parados sin empleo anterior". O sea, los que, desesperados por la situación, han optado por el exilio laboral. El otro dato estremecedor es que las bajas en la Seguridad Social alcanzan casi las 100.000. Cifras de destrucción de empleo, fuertemente estacionales, de las que poco hay que presumir.
Más allá de dejar constancia de esta sandez cospedaliana, no voy a perder el tiempo enredándome en el discurso del absurdo. Cultivo el principio: jamás discutas con un imbécil, pues la gente podría no advertir la diferencia. Resulta más entretenido "releer" a los clásicos, como Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala Samaniego, que también reinterpretó la fábula esópica:
Con varios ademanes horrorosos
Los montes de parir dieron señales;
Consintieron los hombres temerosos
Ver nacer los abortos más fatales.
Después que con bramidos espantosos
Infundieron pavor a los mortales,
Estos montes, que al mundo estremecieron,
Un ratoncillo fue lo que parieron.
Hay autores que en voces misteriosas
Estilo fanfarrón y campanudo
Nos anuncian ideas portentosas;
Pero suele a menudo
Ser el gran parto de su pensamiento,
Después de tanto ruido sólo viento.
Fin de la cita.