¿Por qué cuando empezaba a levantar cabeza -en lo que a frío se refiere- tengo que volver a tiritar en mayo? ¡Yo! que la semana pasada aún llevaba dos chaquetas -para acabar llevándolas en la mano- por miedo a tener frío por las mañanas, cuando a esas horas (9 a.m) ya había 20 grados… Yo, que en invierno mantengo los pies en estado de congelación permanente y no soy capaz de llevar menos de tres capas de ropa… Y en verano soy de las pocas de la oficina que lleva chaqueta y sufre con sandalias por el aire acondicionado… Y apenas se pone escote porque hasta con 30 grados tiene frío en el metro o en cualquier lugar climatizado… ¡Yo! ¿Por qué tengo que volver a ponerme el abrigo en mayo? ¿Por qué?
La ropa de invierno ya estaba guardada, porque, pensaba –ingenua de mí- que por mucho que bajaran las temperaturas en mayo y junio, no tendría por qué tener que volver a calzarme unas botas o un jersey de cuello alto –con camisa de manga larga debajo-. Parece mentira, pero ayer salí de casa con blazer y chaqueta de punto debajo, pañuelo en el cuello y… pasé frío, mucho frío… Y es que, aunque el hombre del tiempo avisó del frío, fue como si algo me hubiera impedido volver a ponerme ropa de invierno. Me cuesta cambiar el chip. Pero hoy no me lo ha impedido nada, y aunque el viento del norte se haya calmado y hayan subido algo las temperaturas, me he visto por la calle con un jersey negro de cuello alto y un largo abrigo gris de paño, mítico donde los haya… Colores y tejidos invernales otra vez.
Mi relación con la temperatura es extraña, de todas formas. Porque, mientras las demás chicas pueden llevar todo tipo de looks; hay algunas cosas que yo, sencillamente, no me puedo poner. Cuando tengo frío, tengo mucho frío, y cuando tengo calor para quitarme algo de ropa, es porque ya hace ¡mucho calor!… Así que las camisetas de manga larga, algunos chalecos o ciertas camisas, se suelen quedar año tras año muertas de risa en el armario. A no ser que las combine con otras capas de ropa, cuando hace mucho frío, o sea, durante casi todo el invierno. Por eso, hay cosas que no entiendo... Por ejemplo en estas fotos, Sí, mucho chaleco de pelo, pero... ¡Qué frío! ¿No?
Victoria Beckham, este invierno, en Rusia. ¡Sin medias, ni bufanda!
Botas en verano: (para la oficina estarían bien; o para el Norte de Europa, pero a 40 º en Madrid... te cueces literalmente, creo yo).
En cualquier caso, el invierno que viene puedo estar tranquila, porque la colección ‘Pret a Porter de Karl Lagerfeld para Chanel: Otoño-Invierno 2011’ me asegura que, gracias a una pronta y espectacular conversión en yeti, ¡jamás volveré a pasar frío!… Por eso espero que Amancio clone muchas de estas propuestas y tengamos Zaras, Stradivarius, Lefties y demás cadenas, repletas de pelo, lanas y pieles sintéticas. Así tendré que ir... Porque mi frío lo vale.