Revista Coaching

Y después de la tormenta…

Por Raúl Amo @amoelreto

Las gotas caen sobre el alfeizar de la ventana de mi habitación. Van mojando el cristal poco a poco y empañandolo mas tarde. El cielo comienza a hacerse cada vez mas oscuro. Las nubes van ocupándolo todo. Comienzan a escucharse a lo lejos algunos truenos.

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Cada gota que cae, se torna en un pensamiento, en un recuerdo, cuando nuestra mirada topa con ella. Se comienzan a formar arriba en lo alto. Es curioso pensar, aunque lo hayamos dado en la escuela miles de veces, como el vapor se condensa hasta formar pequeñas gotas de agua y mas tarde cae por su propio peso, para luego mas tarde con el buen tiempo, volver a convertirse en vapor y ascender de nuevo. Nadie suele reparar en esto cuando llueve.

Muchos se quejan porque no hace buen día. Otros la disfrutan leyendo, escribiendo, dibujando, o simplemente pensando, recordando. Pero nadie piensa que todo esto ocurre.

Igual que la lluvia, nosotros también, nacemos, vivimos e intentamos dejar un legado. Y de nuevo otra generación, nacemos, vivimos e intentamos dejar algo para que se nos recuerde. Unos dejan sabiduría, otros amor, otros simplemente algo material.

Pero volviendo a la tormenta, es sin lugar a dudas, un ambiente óptimo para pensar, para recordar. Muchos encuentran una fuente de inspiración en ella. Otros, como yo, comienzan a sacar álbumes de fotos a los que les ha crecido el polvo de poco recordar, a observar esos momentos en los que nos lo pasamos genial, y esos otros en los que cometimos errores, esos otros en los que los repetimos, también esos momentos en los que nos esforzamos para después disfrutarlo y reparamos el error.

Habrá gente que odie esto. Pero es esa misma que se ensimisma en cosas banales, en cosas que realmente poco importan, gente que odia pensar en el pasado, que odia pensar en general, incluso pensar en algo mas allá que mañana les daña, se les a secado el cerebro de tan poco usarlo.

Pasan las horas y, de nuevo, vuelvo la vista a la ventana. Parece que se aclara, comienzo a ver unos rayos de sol. Aún llueve un poco. Mira, ¡el arco iris! Será mejor que salga a disfrutar de esta magnifica vista. Y es que, después del mal tiempo, siempre sale el sol. Siempre se aclara todo, por muy larga que sea la tormenta. Así que yo ahora, después de pasar toda la tormenta pensando en las cosas buenas y malas, voy a darme un respiro para disfrutar del sol.

Y tú, ¿Vienes?

[Plan de Choque]

Al
@plandechoque4


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