¿Y después del Moncada qué?

Después del Moncada, los acontecimientos se conocieron por el pueblo de la Villa del Undoso, sobre todo con la divulgación clandestina de "La Historia me Absolverá", que llegó a Sagua a fines de 1954. Los primeros trece folletos se depositaron en manos de Eduardo Évora Valdés, dueño de la librería La Peña. A partir de ese momento comenzó a circular por los principales núcleos revolucionarios de obreros, campesinos, estudiantes y otros elementos progresistas.
El 15 de mayo de 1955, la vanguardia revolucionaria, aprobada la Ley de amnistía, salía de la prisión, y el movimiento que dio vida a los sucesos del Moncada, comenzó a denominarse Movimiento 26 de Julio, y Fidel y sus compañeros iniciaron la organización del movimiento en todo el país.
El 21 de junio de 1955, en la residencia de Manuel Matienzo Abuela, número 121 de la calle Calixto García, con la presencia de Gustavo Arcos, asaltante al Moncada, quedó constituido el M-26-7 en Sagua la Grande. Fue elegido como coordinador Ernesto Mora Ganuza, la estructura la completaba un jefe de acción y sabotaje, un responsable de propaganda y otro de finanzas. Con el objetivo de extenderlo al sector azucarero tuvo un radio de acción que abarcaba desde El Santo, en Encrucijada,  hasta Corralillo.
En este tiempo el PSP, promovía la oposición a través de la movilización popular, sobre todo en el seno del proletariado. A pesar de las condiciones de clandestinidad, impuestas por la represión del régimen, sus militantes no limitaron su accionar en la movilización y agitación de las masas populares.
El año 1955 fue determinante para el movimiento revolucionario, por la conformación del M-26-7 como fuerza política y el auge de la lucha del proletariado. Un ejemplo significativo fue la huelga bancaria, por el aumento del veinte por ciento de los salarios, acción de carácter nacional que tuvo particular fuerza en Sagua. Iniciada en julio con paros parciales, se hizo general en septiembre, cuando los trabajadores del Banco  Nacional se declararon el paro y reafirmaron a la patronal sus demandas. Al ser despedidos varios participantes, la demanda incluyó la reposición de los desplazados.
Los huelguistas lograron el apoyo de los bancarios, de los obreros de la fundición y del pueblo que se aglomeró frente a la sede del banco. La huelga fue declarada ilegal, y detenidos y encauzados varios empleados. Luego de diez días de paro, los bancarios reanudaron sus labores después de obtener un diez por ciento de aumento.
Otro suceso de gran magnitud ocurrió en ese año 1955, relacionado con el sector azucarero, de él les hablaré en un próximo comentario.