Revista Sociedad

¿Y después qué?

Publicado el 10 diciembre 2019 por Salva Colecha @salcofa

¿Y después qué? Esa fue la pregunta de Paco esta tarde mismo al ver como ya estamos otra vez con la cosa esa de las consultas con el Rey (Hay que ver que medievales estamos). ¿Y después qué?Mi amigo se refería a la que tenemos liada con lo de conseguir la investidura del presidente sea como sea. Según él estamos demasiado entretenidos en eso de conseguir un Presidente de una vez por todas que no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. Andan tan liados en ello que parece que la investidura  sea la solución a todos nuestros males, como si no hubiera nada después, como si una vez pasado esto no se tuviera que gobernar de manera más o menos decente. ¿De verdad que a nadie por Ferraz se le ha ocurrido pensar en la locura que puede suponer intentar sacar adelante el día a día con la que están sembrando?

Y eso, sin tener en cuenta de que ya llevamos ni se sabe el tiempo viendo como las puestas en escena al más puro estilo “Pimpinela” y los  juegos del “ahora me junto contigo y ahora

¿Y después qué?
me enfado” han acaparado todo el escaparate de la política sin que nadie se pare un segundo a decirnos qué está pasando más allá de los intentos de matrimonio. Sin que salga a la luz nada del proyecto de ejecutivo y como va a funcionar. No saca nadie la cabeza de la cocina para contarnos que hay en los fogones. Nadie nos dice  que van a hacer con el paro que crece, con las pensiones de nuestros mayores, con el informe Pisa que ya debe dejarnos a la altura de las tribus de Zimbawe o con los asesinatos de nuestras compañeras, a diario ¡Nos tienen más distraídos que al Tío Gilito contando monedas! Aunque bien pensado igual es que no tienen perspectiva ni siquiera acorto plazo y eso puede hacerles perder de vista los límites de lo que resulta razonable. Parece que al Sr Sánchez y sus acólitos ya les da igual pollo o gallina, la cosa es conseguir la presidencia sea como sea, aunque acaben traicionando (una vez más) a los que confiaron en ellos.

Pero la verdad es que en el fondo puede que hasta tengan razón sin quererlo. Si esta vez no se consigue sacar adelante un Gobierno y por una de aquellas acabamos volviendo a la

¿Y después qué?
casilla de salida (¡lagarto lagarto!) no se si nuestras meninges lo aguantarían. Demasiado tiempo sin atender a nuestras necesidades más básicas empiezan a hacer mella en una sociedad que se va calentando y que  ya ha visto como se abre debate político en actos salvajes como el de la granada (sigo sin enterarme cómo salió eso del cuartel) en el centro de menores de Hortaleza, cuando debieran recibir una condena UNÁNIME en lugar de la tertulia vacía y la puesta de perfil de los provocadores de siempre (a los que no mentaré no vaya a ser que se aparezcan y la pantalla se funda) que llegan a interesarse más por los apellidos que de los niños que están en este país sin ningún tipo de protección porque al final lo único que les importa es seguir sembrando cicuta allá por donde pasan y cosechando después los resultados. 

Igual por la Carrera de San Jerónimo debieran plantearse que lo de ir formando un  Gobierno decente ya va siendo urgente porque el ambiente se deteriora día a día con el hartazgo y si no se dan prisa en formar un gobierno con garantías ya no va a hacer falta que lo armen porque al final vamos a perder el oremus y no van a tener nada que gobernar.


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