Revista Diario

Y el curso terminó

Por Belen
Y el curso terminó Este año, más pronto que en otras ocasiones, el curso 2013-14 ha llegado a su fin. Ha sido un año de comienzos, de nuevas experiencias, de dar pasos en firme, de avanzar y, por qué no decirlo, de recoger lo sembrado. 
En septiembre del año pasado comenzábamos una nueva etapa, atrás quedaba el universo de Educación Infantil, con la insuperable Isabel, esa profesora que siempre formará parte de nuestra familia. Y nos adentrábamos en una nueva aventura, la de empezar Primaria. Tuvimos suerte, compartiría aula con sus amigos del alma, lo cual haría más fácil la transición. No me equivoqué, contar con sus amigos y compañeros más queridos ha supuesto un apoyo muy importante para este niño que es pura emoción. 
Se adaptó rápidamente a los nuevos compañeros, a la nueva dinámica de clase y le sorprendió gratamente aquello de las asignaturas diferentes, el horario, los exámenes. Rayo es un niño de no parar, no sólo físicamente, a nivel intelectual le sucede igual. Así que cuando llegaron la hora de los exámenes, los deberes y demás retos los aceptó encantado y quizá deba decir que se le quedaron cortos. Así es él. 
Y quizá porque no hubo presiones, excesos de materia ni de tareas consiguió una adaptación plena y un equilibrio fabuloso. Las buenas notas han sido constantes en este curso, pero también la adquisición de habilidades sociales, algo para mi casi más importante que lo primero. Quien me conoce sabe que no soy de alardear, mucho menos del niño, pero yo sabía que él no iba a tener problemas con el curso. Es un niño curioso e imparable, que no se conforma con lo aprendido en clase, sino que pide más. Pero su talón de Aquiles son las habilidades sociales. 
El profesor que le tocó este año captó este punto rápidamente. Ya en nuestra primera reunión, al poco de iniciarse el curso lo puso de manifiesto. Confieso que no ha sido santo de mi devoción, pero claro Isabel dejó el listón muy alto, aún así entendió las necesidades del niño. No sé si él ha contribuido a mejorarla o simplemente Rayo ha ido madurando a medida que ha pasado el curso, la realidad es que en la última reunión con el tutor, de nuevo salió el tema a relucir. Ha mejorado considerablemente en este sentido, pasando a ser más sociable con sus compañeros, a preferir trabajar en grupo en lugar de sólo, practicando en clase el aprendizaje cooperativo
En las aulas suceden cosas que las familias desconocemos. Podemos intuir algo pero nunca imaginaríamos el alcance. ¡Es tan importante una relación fluída con los profesores! Por nuestras reuniones supe que Rayo, al inicio de curso, prefería sentarse sólo en lugar de en parejas, trabajar a su aire, le molestaban algunos compañeros, le costaba más trabajar en grupo. Esas cosas nunca me las contó, sólo lo he sabido de boca de su profesor. 
Con su flauta también ha habido un progreso enorme. No sólo por tocar ya piezas más avanzadas o complejas sino por cómo la música se ha afianzado en su educación. Ahora puedo decir que la música se queda definitivamente. A pesar de que siempre nos lo tomamos en serio, nunca hemos obligado al niño a estudiar música o a llegar a un nivel determinado. El juego, vehículo de este aprendizaje, ha conseguido que adore tocar. Para él la flauta forma parte de su día a día. Sigue aprendiendo y sigue jugando. Él se pone sus metas, es ambicioso, es constante. Así que, queridos vecinos, os queda Bach, Teleman y demás autores para rato ;) 
Y, contra todo pronóstico, el deporte también ha llegado para quedarse. Me tuve que rendir y aceptar sus peticiones, ¡él quería formar parte del equipo de fútbol del cole! Quería entrenar con sus amigos, quería jugar partidos. Sus problemas de salud hacían que este tema fuera un poco delicado pues no sabía si iba a poder seguir el ritmo. Pero, ¿cómo negárselo? Había que probarlo al menos y me arriesgué. Primero con un día en semana, algo que toleró bastante bien. Y ya en primavera con dos días en semana y algún partidillo amistoso. Su médico, un poco sorprendido, dio el visto bueno siempre y cuando no se cansase en exceso. Él aceptó el trato. Pero no ha habido problema, ha superado la prueba con creces. 
Ha sido un buen año escolar y estamos muy contentos. Muchas cosas positivas, muchos cambios que han traído muchas alegrías. Sólo un punto que ha enturbiado un poco este gran curso: esperaba más de su profesor. El próximo curso seguirán con el mismo tutor, pero -ya lo siento por él- tocará que los padres nos pongamos un poquito más exigentes. Al menos yo pienso serlo, pero de esto ya os hablo en otro post. 
¿Cómo ha sido vuestro final de curso?, ¿qué balance habéis hecho de este año escolar? 

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