Revista América Latina
Este domingo 27 de febrero en el Teatro Kodak de Los Ángeles tenemos nuestra cita anual (por televisión, por supuesto) a la ceremonia de entrega de los Premios Oscar en su edición número 83, premios otorgados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. Se premiará (o al menos se intentará premiar) lo mejor de la industria cinematográfica que ha visto Hollywood durante el año 2010.
Como siempre, las apuestas se dividen generalmente entre dos bandos, y aunque muchas categorías pueden resultar muy predecibles, de vez en cuando lo favorito es dejado de lado a favor de lo “mejor”, o al revés, como casi siempre sucede. En El Edén Sideral hemos visto la mayoría de las películas nominadas en la categoría principal, y aunque nuestros votos se inclinan a favor de algunas y en contra de otras, no podemos pasar por alto las opiniones de la crítica especializada que asegura que en la verdadera contienda solamente militan dos: La Red Social (The Social Network, David Fincher) vs. El Discurso del Rey (The King Speech, Tom Hooper). En pocas palabras, temática de actualidad contra evento histórico. Este sitio por supuesto tiene sus favoritos, pero no será en esta entrada donde los revele. Y en las categorías de actuación suponemos que también se sabe por donde van los tiros. ¿Esperamos alguna verdadera sorpresa este domingo? Sorpresa sería que ganara Toy Story 3 el premio a Mejor Película, que Javier Bardem consiguiera la estatuilla como Mejor Actor y Jennifer Lawrence la de Mejor Actriz. Pero bueno, como ya hicimos el año pasado divagando sobre la certeza de las predicciones a favor del Oscar para Sandra Bullock, hoy hablaremos de las probabilidades que tiene esta chica de aspecto puro y virginal que nos sigue teniendo tan cautivos como desde hace ya muchísimos años. Ella es Natalie Portman, y compite por la película El Cisne Negro (Black Swan, Darren Aronofsky).
¿De qué trata la película? Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. Nina es perfecta, un cisne blanco de movimientos gráciles e impecables que danza en etéreo compás por encima del resto de mortales. Pero también es una mujer reprimida, que duerme custodiada entre muñecos de peluche, sufre la insidiosa competitividad de sus rivales y se ahoga en los sueños frustrados de una madre (Barbara Hershey) dominante. Nina sueña con ser primera bailarina y obtener el papel de su vida. Esa oportunidad se le presenta cuando comienza el montaje de El Lago de los Cisnes. Ella es perfecta para el papel de la princesa convertida en cisne blanco, pero no posee la fuerza y malicia para representar a su contraparte, el cisne negro. La rivalidad con Lily (Mila Kunis), una nueva compañera que tiene los atributos necesarios para encarnar al cisne negro y ser la protagonista de la función, así como las presiones del director (Vincent Cassel), se agudizan a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión mental que la incapacitan para distinguir entre realidad y ficción. Un magnífico descenso a los infiernos de una psique torturada, un cisne negro que pugna por salir, por liberarse de todas las ataduras y el sufrimiento que lleva acumulado en tantos años de disciplina, dolor e inhibición...
Natalie Portman confesó que las exigencias del rodaje de El Cisne Negro fueron tan duras que creyó que moriría interpretando su papel, un papel especialmente escrito para ella. La actriz tuvo que perder nueve kilos y someterse a jornadas maratonianas de entrenamiento para adaptarse al personaje, y era consciente de que se estaba echando a perder por un proyecto profesional. Pero aquello valió la pena. Conoció al coreógrafo Benjamin Millepied, con quien empezó una relación sentimental y actualmente está esperando una hija suya. Además, gracias a ese esfuerzo por dotar de autenticidad a su personaje, hoy se encuentra como la favorita para llevarse el Oscar de Mejor Actriz del año. Ha ganado el Premio de la Sociedad de Críticos de Phoenix, de La Vegas, de Kansas, de Florida, de Dallas, de Chicago, de Ohio, de Boston, de Austin, y más. Ganó el Globo de Oro y el BAFTA, y hace unos días, también el premio del Sindicato de Actores, los Screen Actors Guild. ¿Qué le falta? Por supuesto, el Oscar.
Así que intentaré aportar mi granito de arena a todo lo que sobre la entrega del Oscar ha salido por estos días en cientos de Blogs, y expondré brevemente las posibilidades de que esta mujer de casi 30 años gane o no su estatuilla dorada. Lean y opinen.
¿Por qué Natalie Portman no debiera ganar el Oscar?
1.- Porque Annette Bening ya lleva tres nominaciones infructuosas, dos como Mejor Actriz y una como Actriz de Reparto, y siempre ha quedado como la segunda opción después de las ganadoras. La cuarta puede ser una buena oportunidad, ¿o esperaremos a la quinta?
2.- Porque tiene 29 años y un futuro promisorio. No será la última vez que la veamos en la competencia.
3.- Porque hasta el momento es la primera y única actriz israelí en ser nominada al Oscar, y a los miembros de la Academia les gusta premiar el talento nacional.
4.- Porque está embarazada, y eso huele a chantaje emocional. Una ventaja extra sobre sus demás compañeras de nominación. En la historia, solo Catherine Zeta-Jones ganó la estatuilla estando encinta al momento de la ceremonia de premiación (2003), pero como Actriz de Reparto.
5.- Porque de haberse rodado hace 17 años El Cisne Negro, la película hubiera sido protagonizada por Winona Ryder, la actriz de moda en aquellos momentos. Dos nominaciones al Oscar tuvo y nunca ganó. Y ahora, tanto en la vida como en la ficción, Ryder ha entregado la estafeta a Portman, sabiendo que es momento de que otra logre el triunfo al que ella alguna vez aspiró.
6.- Porque todo el mundo opina que Natalie Portman ganará como Mejor Actriz, y que Colin Firth como Mejor Actor, y por supuesto, a nadie le gusta que le cuenten el final de las películas ni los triunfos previsibles. Seguimos prefiriendo las sorpresas.
¿Por qué Natalie Portman debiera ganar el Oscar?
1.- Porque en los últimos 12 años, las ganadoras de la estatuilla como Mejor Actriz han sido en 11 ocasiones actrices jóvenes.
2.- Porque tiene una carrera desde el inicio de su adolescencia y ha crecido física y actoralmente frente a las cámaras de la gran pantalla, es una figura recurrente tanto en los filmes de acción como en los dramas.
3.- Porque esta es su segunda nominación al Oscar, y se merecía la estatuilla cuando fue nominada como Actriz de Reparto por Closer (Mike Nichols, 2004).
4.- Porque ya casi todas las estrellas jóvenes femeninas de las últimas dos décadas tienen un Oscar, y después de que ella lo gane, poco faltará para que le sigan en el triunfo Anne Hathaway, Keira Knightley y Amy Adams.
5.- Porque su actuación en El Cisne Negro será recordada como el punto más alto de su carrera como actriz, y si la premian, sería con toda justicia de acuerdo al nombre de la categoría por la que compite.
6.- Porque la Academia gusta de premiar personajes femeninos de personalidad ambivalente y mente confusa, ya lo hizo con Vivien Leigh (1951), Joanne Woodward (1957), y Charlize Theron (2003).
7.- Porque ha sido nominado a 3 premios Razzie, y se ha salvado de obtenerlos.
8.- Por la cantidad de premios como Mejor Actriz que ha recibido en los últimos dos meses, presentándose a recogerlos esplendorosamente hermosa llevando un bebé en su vientre.
9.- Porque la película por la que compite fue de las mejores propuestas del 2010, y no es justo que se vaya de vacío en la competencia por el Oscar, porque estamos seguros, el premio de Mejor Película, no lo obtendrá.
10.- Porque el público la quiere, haga lo que haga, y todos, o casi todos, están esperando el momento en que Jeff Bridges abra el sobre y lea su nombre como la ganadora de la estatuilla oscaril. Ella subirá al escenario emocionada, el púbico presente y los miles de televidentes alrededor del globo aplaudirán diciendo “lo sabía”, y estaremos atentos a sus palabras de agradecimiento. Rodará una lágrima indiscreta, y festejaremos con ella el triunfo de nuestra “Mathilda”, nuestra “reina Amidala”, nuestra “Alice”, nuestra “Evey”, y por supuesto, el reflejo de nuestro subconsciente, nuestra “Nina Sayers”, el cisne.