Y ellos son los que dicen proteger la vida…

Esta semana, con lo de los Premios Nobel me estoy dando una buena panzada de reír, aunque no con todos, obviamente.
Sólo voy a comentar lo que me he reído con las reacciones de algunos al Nobel de Medicina.
El galardonado ha sido, como ya sabe todo el mundo, Robert Edwards por sus estudios y avances en la fecundación in vitro y con sus trabajos y estudios ha logrado perfeccionar un método de fertilización que ha permitido el nacimiento de más de cuatro millones de niños y niñas.
De ese modo se premia la vida y el esfuerzo médico por superar la infertilidad que a muchas parejas (aproximadamente un 10%) les impedía tener descendencia.
Sin entrar en vericuetos científicos que no son lo mío lo que sí de produce risa es la reacción de los de siempre, de los señores de faldas largas y negras.
Para variar, en este tipo de cosas no están de acuerdo y baste una muestra de sus cínicas declaraciones.
Decía el Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Ignacio Carrasco de Paula: “Seleccionar a Edwards ha sido algo completamente fuera de lugar, puesto que sin él, sin Edwards, no existirían congeladores en todo el mundo llenos de embriones que, en el mejor de los casos van a ser trasladados a úteros, pero lo más probable es que sean abandonados o mueran. De ese problema es responsable el recién premiado con el Nobel.”
Y es que hay que ser cínicos para poder decir que se está por la defensa de la vida a ultranza y no mencionar ni una sola vez la palabra FELICIDAD que suele acompañar a una nueva vida, siempre que esta haya sido deseada.
Pero tampoco es nada nuevo que estos señores opinen de ciencia sin ser científicos. Hemos de recordar que su jefe máximo, el actual Papa Benedicto XVI hace aproximadamente dos años ya nos dejó una de sus perlas sobre el tema. Ya entonces dijo que “la fecundación extra corpórea infringe la barrera para la dignidad humana”. Y se quedó tan ancho el señor.
Por lo visto estos señores no entienden que la ciencia es ciencia, precisamente por avanzar y mejorar las condiciones de vida de la población en general y que gracias a la investigación y no a los dogmas que ellos predican hoy podemos curarnos enfermedades que hasta hace poco eran incurables, hemos dejado de creer que la tierra era plana, y en conjunto hemos superado la creencia del diablo, por ejemplo.
Pero también la ciencia es ciencia por conseguir desmontar los dogmas y creencias que nos han impuesto a lo largo de centenares de años y que ellos siguen sin perdonar y un ejemplo de lo que digo es que nunca pidieron perdón por la miles de mujeres que llevaron a la hoguera por proporcionar productos que aliviaban los dolores y enfermedades de las personas y que ellas ya conocían y sabían de sus remedios pero no los utilizaban como milagrosos, sino por curativos.
Tampoco nunca ha pedido perdón el Papa por sus palabras en Alemania cuando entre otras cosas atacó al racionalismo científico, concretamente sobre el evolucionismo, diciendo “que se fundamenta sobre la irracionalidad, a diferencia de la religión cristiana, que tiene a la razón como base”.
Y, según estas palabras, ¿se debe a la razón que ellos enarbolan los cientos de miles de personas infelices que han sido abusadas sin importar que fueran niñas africanas, monjas, niños en los internados que ellos regentan o jóvenes seminaristas?, ¿Se debe a la razón el hecho de que NO se hayan revisado las miles de excomuniones que a lo largo de la historia han realizado a algunos padres y madres de la historia?, ¿Se debe a la razón el que pretendan seguir uniendo los conceptos de Iglesia y Estado para seguir gozando de los privilegios que han tenido a lo largo de la historia?, ¿Se debe a la razón el exterminio que en su nombre se realizó en las Américas?
Si esa es la razón que predican reniego de ella y que no me busquen cerca, porque no me van a encontrar.
Proteger la vida es algo más que la fecundación. Es protegerla integralmente a lo largo de todo su ciclo en cada una de las personas y eso a ellos, a los de las faldas largas y negras parece habérseles olvidado.
Una vez más, un motivo más para que no cuenten conmigo.
Ben cordialment,
Teresa

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