Llegó ese día en el que el mundo se me echa encima. En el que sé que todo va a salir mal a pesar de que lo que esté haciendo sea rutinario. Incluso lloverá por mi culpa. Y si el de al lado del bus se tropieza creeré que ha sido por mi, por mantener ese mínimo contacto visual con él. Y me culpo. Me culpo hasta de esa docena de huevos que ha tocado el suelo delante de mis narices a la señora que se dirigía a su casa tan feliz con su suculenta compra. Me culpo de porqué la gente es tan maleducada y de porqué no saben valorar lo poco que tienen.
Y entonces llega él y me rescata, hace que la vida sea un poco más fácil. Y entiendo que la única culpa que debo echarme es la de quererle más que a nadie en el mundo. Y esa culpa, es bonita
Foto de TumblrTexto de Cat
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