Revista Cultura y Ocio
Lograréis, quizás, algún día realizar un referendun vosotros solitos, sin contar conmigo para nada, con el fin de independizar vuestra habitación en esta familia mal avenida que se llama España. Os escucho constantemente decir que la culpa la tienen papá y mamá que no os dan suficiente propina, o que no os dejan charlar a vuestro modo, o que no respetan vuestra identidad personal... Es muy posible que lo logréis: mamá y papá están hartos, y nosotros también. La verdad... es difícil aguantar ese aire de superioridad en la familia... Lograréis votar independizar vuestro cuarto, pero habréis perdido...
O quizás mamá y papá se planten y recuerden las reglas que rigen en esta casa. Entonces se aplicarán castigos y prohibiciones. Quizás les plantéis cara y se monten broncas monumentales. Quizás se suelte alguna bofetada. Os retiraréis indignados a vuestra habitación rumiando la venganza y la rebelión. Papá y mamá habrán perdido también, pero vosotros habréis perdido...
O quizás escapéis de casa, rompáis los lazos con la familia y busquéis alojamiento fuera del hogar. Llamaréis al timbre de los vecinos y les contaréis dramáticas historias de maltrato, de insufrible represión paterna. Pero los vecinos, que os conocen, quizás no se lo crean y habréis perdido...
O quizás simplemente queréis que os suban la paga semanal, que os cubran los números rojos de vuestra libreta de ahorros, que no se metan en vuestra vida para nada... y es posible que papá y mamá os lo concedan porque ya no aguantan más esta dinámica de reproches y culpas. Se habrán cansado de soportar que les acuséis de estar siempre "contra" vosotros, de que os "roban"; de que, en realidad, no estáis nada seguros de que seáis sus hijos. Finalmente quizás terminen por concederos todos los caprichos para conservaros cerca. Entonces habréis ganado, pero habréis perdido...
... habréis perdido mi aprecio, mi limpia mirada de hermano menor que antes os admiraba. Habréis echado a perder años de juegos compartidos, de solidaridad fraternal, de entrañables confidencias...
... habréis perdido mi confianza: No volváis a mi cuarto buscando ayuda; en la puerta hace guardia el resentimiento.