Revista Coaching

y Jorge… acertó

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

Remontada 5-0

Desde mi vivienda en Valencia solo me separan apenas cinco minutos del estadio de futbol de Mestalla, breve distancia que no acostumbro a recorrer por ser yo uno de esos descafeinados seguidores no practicantes del Valencia CF. El pasado 10 de Abril si acudí, invitado por un amigo y resignado ante lo imposible que suponía una hazaña en forma de remontada de las de antes, cuando el futbol era algo más que estrategia y planificación.

Jorge me esperaba (con su habitual gesto circunspecto que escondía una tensa concentración) a las puertas de un atestado bar, frente a la entrada de Tribuna del viejo campo de futbol con nombre pirotécnico, para tomar en la barra una disputada cerveza previa a lo que todos los que por allí comentaban sería un mero trámite: el de certificar en el partido de vuelta la segura eliminación del Valencia de los cuartos de final de la Europa League 2.014, dado que la ida supuso una dolorosa derrota por 3 a 0 frente al Basilea, un equipo sin historia conocida pero sorpresivamente venido a más por yo no sé qué razón.

Antes de entrar, el lacónico pronóstico del resultado que Jorge me regaló puso en duda mi escasa fe en los milagros y al salir confieso que algo cambió mi religión, perpetua heredera de Descartes pero desde ahora un poco también amiga de la confianza y de la ilusión.

Cinco veces brinqué desde mi asiento y sin posible remedio pese a mi habitual contención. Cinco veces me acorde de Jorge cuando su disparatado vaticinio de una manita de goles finalmente se materializó. Una noche histórica de encendida emoción por algo que solo es deporte, aunque muchos como Jorge lo llevan muy dentro de su corazón.

Jorge es un personaje ciertamente singular, conocido en España por su insobornable pasión desde hace décadas por los colores valencianistas que le lleva a seguirlos sin falta alguna a todos los desplazamientos oficiales del equipo “Che”, con la más que dudosa recompensa de los interminables regresos postpartido conduciendo de madrugada de vuelta a su casa, acompañado solo de los sabores agridulces que la aleatoriedad de los resultados ofrece en vaivenes que van desde la decepción a la satisfacción.

¿Qué hace que algunas personas perseveren en sus proyectos y aficiones sin muchas veces una aparente compensación…?. ¿Dónde se encuentra el misterio del esfuerzo continuado sin el debido retorno de la inversión…?. ¿Cuál es el nombre que define eso que no se compra ni se vende y ejerce de combustible alternativo e inagotable en un mundo donde la energía parece solo venir de los asuntos económicos o de la búsqueda de algún que otro revolcón…?.

Se llama Pasión, un sentimiento que se engancha en nuestro corazón para hacerlo voltear llenándonos el cuerpo de mariposas que pugnan por elevarnos del suelo a cada ocasión que tenemos de pensar en lo que nos hace felices y nos produce emoción. La Pasión que Jorge encuentra en el Futbol y yo hallo en la Ópera (Music-tiones) y que nos mueve a viajar tras la búsqueda de un estremecimiento que quizás la vida cotidiana nos ofrece solo a media ración.

No abjuro hoy de mi confesada condición racionalista pero aseguro también que en la Vida no todo es matemática explicación, pues quien se alimenta solo de lo visible y previsible renuncia a lo que está oculto detrás de lo supuestamente imposible, aquello que únicamente puede alcanzar el puro deseo y la firme determinación.

Terminó el partido y Jorge… acertó.

Saludos de Antonio J. Alonso


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