Y la muerte apareció.

Bufff!!! Hoy hemos tenido un día… un día de esos que te llena de señales y experiencias mágicas, con árboles y naturaleza de fondo. Si hace unos años me dicen que mi intuición me iba a hablar como hoy, me hubiese reído de modo “sarcástico”, como tan bien se me da hacer … Y la MUERTE apareció.

Caminamos lentos… “lavamos ropa” en un “pilón” comunitario (fieles testigos de círculos de mujeres increíbles). Abrazamos árboles y se nos aparecieron plumas de un blanco impoluto en pleno camino de barro. Hablamos de ellas, de los Ángeles, de la muerte (estamos en esta etapa tan delicada y maravillosa a la vez)… hablamos de vivir. Y ya en casa, hicimos tortitas para endulzar la conversación tan intensa de hoy…

Más tarde, me enteré de que mi vecino, de casi 100 años, a quien queremos con locura y a quien mis niños adoran, se había “casi ido” pero seguía con nosotros.. ¿Casualidad? ¿Fe? ¿Intuición? ¿Consuelo? Mis niños preguntan. Lo han visitado. Lo sienten.

Estuve con él a la tarde, viendo como pedía besos y le daban de comer, tal cuál un niño indefenso. Viendo a ese hombre que, hasta hace una semana, subía escaleras hasta un tercer piso (sin ascensor) varias veces al día. Viendo a ese hombre que, a pesar de la edad, esperaba deseoso los abrazos de mis niños, nada delicados por el cariño y la emoción de verlo (y con miedo de si caían porque los subía en el aire).

Y sentí orgullo. Y sentí satisfacción. Y no sentí pena (aunque si tristeza) porque hace más o menos un mes, le pregunté en el descansillo cómo se encontraba y me respondió que “cansado pero bien” y “que esperando su hora”. Sin miedo le dije: “ya ha vivido lo suyo y ahora toca dejar paso y descansar, verdad?”, a lo que me respondió: “tú si que me entiendes”.

Al hilo de lo que hablaba mi maestro Javier Akerman, hace unos días, la muerte, al menos para mi, es una transición, un cambio, una “muda” de cuerpo. Si vives tu vida, ¿para qué aferrarse a algo que forma parte de ella, de nuestra naturaleza?

Creo que parte de la culpa es nuestra por querer vivir muchas vidas en una, o por vivir la vida de los demás, o por dejar muchas cosas por decir, o por lamentar el no haber hecho… Si realmente vivimos Nuestra Vida, cuando nos llegue la hora, lo haremos con paz, aunque ésta, esté acompañada por un poco de tristeza… Y conste, que no entro en si alguien fallece joven o no tan joven, de accidente o enfermedad…

Simplemente es un aliento, un resumen, una REFLEXIÓN en alto:

.- Todos los días da las GRACIAS (Agradece el agua, el aire, la risa, la compañía, un abrazo, la ayuda de alguien…).

– Todos los días pide PERDÓN (No lleves los problemas a cama o crearás una bola que se volverá contra ti y será indestructible si la alimentas por años).

.- Todos los días di TE QUIERO a los tuyos porque nunca sabrás cuando será el último.

Bufff!!! Menudo día, sí. Maravilloso día!