Muchas veces no soy fácil.
Tengo mis defectos y mis virtudes.
Hay días que soy amable y otros días no tanto.
Me pongo de mal humor o soy una catarata de buena vibra.
Me angustio, me alegro, me acepto y por momentos me desconozco.
Y por suerte la vida me dio amigas, gente linda que me quiere y me acepta así, en las altas y las bajas, en las buenas y en las malas, cuando soy buena compañía y cuando soy un desastre.
Ellas me entienden siempre, porque conocen mi alma.
No se dejan llevar por las capas externas que varían como el tiempo. No.
Amistades verdaderas, que perduran en el tiempo y crecen y se afianzan y nos traen tantas alegrías.
Gracias gente linda por compartir mi camino, por estar siempre ahí, con la palabra justa o el abrazo perfecto.
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