Y llegó ella

Tras la larga y angustiosa espera a la puerta del paritorio, al final salieron mi chica, mi peque y mi suegra. La verdad es que no sabía que decir, ni dónde ponerme. Solo sentía felicidad.

Mi suegra, me decía que me pusiese al lado de la cama, porque la verdad parecía un pato mareado o un pollo sin cabeza (elijan la metáfora que más les guste!!)

Y subimos a la habitación, donde ya nos esperaba el grueso de la familia, mi suegro y mi cuñada estaban esperando casi a puerta del ascensor y el beso de la cuñada que propicio.. Pues que va a propiciar, mis primeros lagrimones. Pero el momento más “duro”, fue el de saludar a mi madre, fue decirle ”ya eres abuela”, y ale, otra a vez a llorar.

Y es que son momentos muy felices que no me imaginaba que iban a ser así.

Una vez los lloros y deñases, empezamos con la realidad de empezar a criar a mi niña.

La verdad es que nunca había cogido en brazos a un bebe de tan corta edad, no por falta de oportunidades, o porque yo no quisiese, sino porque me daba pánico el hecho de que se me pudiese caer, y claro, a ver como explica a la madre, que me había cargado su bebito.

Pero fue llegar a la habitación, llegar la enfermera y preguntar: ¿Quién es el padre?

Al corroborarle que era yo, pues nada, me lanza el niño sobre mis brazos, sin avisar, y con alevosía y traición. Y ahí estaba yo con mi peque en brazos, por primera vez. Una personita que había traído a este mundo, y que iba  depender exclusivamente de mí y de su madre, durante sus primeros años.

LA verdad es que la peque ha llegado para quedarse, nos trastornara las vidas, pero en sus primeros momentos de vida, la felicidad que nos ha traído es inmensa.

Por cierto, seguro que os preguntáis como voy de sueño (lo pregunta todo el mundo, vosotros vais a ser menos), pues os diré que solo nos despierta para un biberón por la noche, y el resto la dormimos de tirón. Casi diría que duermo más que ante de que estuviese ella.

Que tengo suerte? Que soy un afortunado? Si, lo soy y lo sé!!!