Ya sé que llegó hace unos días, pero para mí llegó hoy, concretamente a eso de las 8 de la mañana.
Recuerdo cuán lento transcurrió el tiempo desde octubre a enero, qué horrible máster y cuánto me arrepentí de haberlo empezado y, sobre todo, de que la mayoría de los patanes que nos daban clase cobraran a finales de mes, con la cantidad de gente desempleada que tenemos… Pero bueno, al final llegaron las prácticas y, a pesar de que no todo fue a pedir de boca -hay profesores que realmente no quieren o no tienen nada que enseñarte-, en el instituto he encontrado por fin algo que me ha entusiasmado, y es poder enseñar; aportar ese granito de arena a los que vienen detrás de nosotros, poder ayudarles a dar un paso más. Ya he comentado la emoción de conocer a unos alumnos tan maravillosos y con tanto que aportar. Yo, que no tenía fe en las generaciones futuras. Me han puesto la miel en los labios, y todavía no sé si ha sido un espejismo o de verdad estuve en clase, disfrutando de cada momento.
No os engaño; en la enseñanza hay también personas que han llegado a un punto de no retorno al no querer adaptarse ni intentar solucionar los pequeños problemas que van surgiendo en el día a día. He conocido a profesores que trabajan 4 horas al día y son capaces de quejarse (delante de tus narices) de que tienen que corregir muchos exámenes cuando llegan las evaluaciones. Dios le da pan a quien no tiene dientes.
Me voy por las ramas….
Hoy llegó junio a las 8 porque tuve que levantarme a las 4 para terminar un trabajo; tenía varios días de plazo, pero necesitaba que estuviera termiando hoy, no quería pensar en él ni un minuto más de las 8 de la mañana, y así fue. Ahora queda el maravilloso Trabajo Fin de Máster, pero espero poder realizarlo con un poco de normalidad, y no al ritmo frenético de estos últimos meses. De momento, hoy he descansado, me he apuntado a infojobs (oye, mi trabajo ahora es buscar trabajo, ¿no?) y en breves instantes me dedicaré a ordenar mi mesa de estudio, que está tan llena de papeles que no he podido ni pasar un trapo en unas cuantas semanas.
Os dejo una imagen de junio: un hombre pintando un precioso lienzo de la catedral. Por poco la deja más bonita de lo que ya es


Por último, y para cerrar este cajón de sastre en que se ha convertido esta entrada, os dejo información sobre dos lecturas conjuntas en las que participaré este mes, ya que no había comentado nada en el blog y lo mismo a alguien le apetece apuntarse también:


Y prometo dejar de divagar mañana mismo. E incluso reseñar Algún día este dolor te será útil, no os digo más…
