Como ya hemos dicho muchas veces, no debemos olvidar que después de los 40 años de edad, las mujeres somos más propensas a problemas de presión arterial alta, enfermedades cardiacas, diabetes, osteoporosis, artritis y obesidad. También perdemos masa muscular y densidad ósea. El ejercicio ayuda a que este proceso de cambios naturales de nuestro cuerpo sucedan de una manera más lenta. Hoy os hablamos del yoga como una manera de mejorar nuestra calidad de vida. Esta disciplina está bastante aconsejada para mujeres que por su trabajo se pasan bastantes horas delante del ordenador, nos ayuda a mejorar nuestra flexibilidad, fuerza corporal y equilibrio. Estos ejercicios también ayudan a que nuestras articulaciones se mantengan sanas.
Para la tradición oriental, cada una de nosotras es un yo completo, no existen las divisiones occidentales de cuerpo, mente y espíritu. Por eso el yoga, trabajando a nivel físico, logra ejercitar la mente y activar el mundo emocional. El yoga resulta particularmente indicado en casos de estrés o tensiones de cualquier tipo, situaciones conflictivas en las que nuestro cuerpo suele reaccionar con dolencias y enfermedades a causas psíquicas. Y nos fortalece a todos los niveles para enfrentar mejor los conflictos, sin somatizarlos.
Relajación y respiración. La clave del yoga reside en la respiración como forma de conectar con nuestro ritmo biológico y con el interior de nuestra mente. A través de las asanas, posturas predeterminadas propias del yoga, la respiración logra establecer un ritmo que facilita la meditación y predispone a la relajación física y mental. El objetivo de estas posturas o asanas es conseguir que el cuerpo se mantenga firme en la meditación, trabajando casi la totalidad de los músculos de nuestro cuerpo. Por eso el yoga tonifica el organismo, fortalece la musculatura y nos hace ganar flexibilidad.
En casa, podemos practicar yoga, siempre y cuando previamente hayamos solicitado consejo acerca de las asanas que resultan más convenientes para cada una de nosotras. Buscamos un lugar en silencio en casa, desconectamos el teléfono y reservamos al menos 30 minutos sin interrupciones. Nos ponemos ropa cómoda, sin gomas ni botones que aprieten, y nos descalzamos. Para ayudarnos en la relajación, podemos encender velas aromáticas o unas barras de incienso.
Recuerda que si estás embarazada, tienes algún tipo de lesión muscular o la presión arterial alta, consulta antes con tu médico la conveniencia de practicar yoga.
Si quereis más información sobre yoga y las clases que se imparten en Palmapodeis poneros en contacto con Lluisa su correo es [email protected] y os informará de las nuevos horarios de septiembre