Revista Educación

Y lo que nos queda por ver…

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Créditos: Raúl Alcaraz Gómez, Mollet del Vallès, Barcelona & “AstronomíA”.Esta imagen es sin duda impactante.  Se obtuvo con un telescopio de aficionado y tiene un mérito descomunal. Se ha utilizado para ilustrar una noticia que también, aunque sin imágenes espectaculares, es de suma importancia: gracias al Gran Telescopio Canarias (GTC) y a su instrumento OSIRIS se han podido observar detalles antes nunca vistos de varias estrellas y enanas marrones en el cúmulo de sigma Orionis. Aunque lo realmente impactante no es el hecho de haber proporcionado datos para conseguir dilucidar las propiedades de estos objetos, no. Lo verdaderamente sorprendente es que cuando se tomaron los datos el resto de telescopios del Observatorio del Roque de Los Muchachos no estaba operativo debido a que las condiciones no eran las mejores, que digamos. Y el GTC no solo pudo observar, sino que proporcionó información valiosa.Siempre lo he dicho: el universo no deja de sorprendernos. Y el GTC es una magnífica herramienta de conocimiento (qué voy a decir yo, que lo quiero como a un hijo…).Lo que ven en la imagen es el oeste del Cinturón de Orión, con la Nebulosa de la Cabeza de Caballo, la Nebulosa de la Llama, Alnitak (zeta Orionis) y sigma Orionis. La parte superior contiene numerosas estrellas y enanas marrones recién nacidas (hace sólo unos tres millones de años), mientras que, en la parte inferior, las protoestrellas aún están rodeadas de gas y polvo. Las estrellas y enanas marrones estudiadas con OSIRIS/GTC están alrededor de sigma Orionis, la estrella brillante azulada situada en el centro de la parte superior, cuya intensa radiación es la que da forma a la Nebulosa de la Cabeza de Caballo.Una maravilla…

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