No sé si reír o llorar. Porque parecería un chiste malo, pero afecta a la salud. Y es que estos chicos son así. Así de chistosos y apañaos.
Tenemos en Madrid, unos niveles de contaminación política, ¡perdón!, quería decir atmosférica, que sobrepasan, con creces, los máximos permitidos en Europa.
¿Y qué dicen nuestros queridos responsables municipales del tema? Cosas increíbles.El faraón Gallardón I, cuando todos los medios de comunicación, las organizaciones vecinales y ecologistas están denunciando el altísimo nivel de contaminación, se arranca con que hoy el aire de Madrid es mejor que el de hace cinco años. ¡Toma castaña!
Además el buen faraón sale diciendo que hay que utilizar el transporte público –él sólo lo toma para inaugurar algo y salir en la foto— o hacer como él. O sea ir a trabajar en un coche eléctrico, que naturalmente ha pagado el Ayuntamiento y que costa una fortuna. Y como colofón, añade el alcalde, que la culpa es de Zapatero que subvenciona los coches de gasoil.
Yo no sé si la contaminación le ha hecho perder el juicio, aunque lo que me parece, es que le ha endurecido la jeta. Un tipo, como este alcalde, que ha renunciado a hacer política para los ciudadanos, supeditándolos al tráfico rodado, que ha gastado en la obra de la M30, para que circulen mejor los automóviles, una cantidad desorbitada, que ha dejado tieso y sin un euro al ayuntamiento y ha convertido a la capital en la ciudad con más deuda de Europa, resulta que su única respuesta es negar la mayor, echar la culpa a Zapatero y pedir que los madrileños no utilicen su coche.
Este personaje es el mismo que ha despreciado el plan bici --por cierto. de gran éxito en muchas ciudades europeas y, sin ir tan lejos, en Barcelona-- y que además ha desoído a IU que desde la oposición le ha pedido, decenas de veces, que peatonalice todo el centro de la ciudad, sin ningún éxito; ahora resulta que no hay contaminación y que en todo caso es culpa del gobierno central que subvenciona los coches de gasoil y de los ciudadanos que cogen el coche. Asombroso, pero cierto.
Y a esa i, le ha puesto el punto la concejala de Medio Ambiente, Ana Botella, ya saben, aquella que llegó a política por ser la esposa de…
Bueno, pues esta mujer, con ese desparpajo que dios le ha dado, vuelve a sembrar de frases majestuosas su corto y torpe discurso. Cuando le han preguntado por este asunto tan grave, se ha soltado esta vez, diciendo que la calidad del aire es la mejor que hemos tenido en la historia y que más asfixia el paro. Otra perla más de su repertorio.Y claro, sin discutir la obviedad de que el paro asfixia, me tendría que explicar la Marquesa de las Peras y las Manzanas qué puñetas tiene que ver una cosa con otra, porque mezclar el paro y la contaminación, sí que es mezclar peras con manzanas. Y es que de donde no hay, no se puede sacar, y de esta mujer lo más que podemos sacar es un marido cómplice de genocidio y una amante de bodas de alto copete en El Escorial.
A todo esto, a ninguno de los responsables se les ocurre tomar soluciones a corto plazo, visto el peligro que hay.
Por ejemplo, promocionar el transporte público bajando el precio –al contrario, en los últimos diez años no ha hecho sino subir por encima del IPC—, restringir el tráfico privado y considerar la cuestión como un problema de salud pública que afecta a los madrileños. Pero, ¿desde cuándo a estos tipos y tipas les importa la salud de los ciudadanos?Por cierto, que Rita, la alcaldesa valenciana, también hace de las suyas. Ha trasladado los medidores de contaminación de lugares de fuerte tráfico a los parques y cementerios.
Y es que, dios los cría y ellos se juntan. Y la solución ya saben, hagan trampas, mientan u obvien el problema. Es lo que se lleva. Y ya saben que lo que asfixia es el paro.
Salud y República