Sin-de-scanso, con su ley en las narices. Esta ministra ahora siguiendo los pasos del partido que la ha nombrado, ha vuelto a unirse, en ese bipartidismo que lo arrasa todo, con el Partido Popular, para sacar adelante lo que hace un mes se quedó en el camino: La ley Sinde.
Prácticamente sin correcciones, conservando esa comisión que denuncia, sólo con otra intervención administrativa de un juez –eso es lo que se ha añadido—, todo lo demás sigue igual que hace un mes. Han corregido la ley para no cambiar nada. La han lavado la cara. En definitiva una excusa que tenía que tener el PP para poder decir que él también ha participado en esta odiosa ley, a favor de las discográficas y los grandes artistas.
No se ha evitado lo importante, que una comisión sea la que tiene el poder de decirle al juez la “ilegalidad de la página” para cerrarla. Una comisión chivata que trabaje a favor de la administración y una difusión de la cultura controlada por el poder.
La enmienda la pueden leer aquí. Y aquí puede seguirse la reacción de los internautas que ha provocado la ley Sinde en Twitter, Esta mañana en una hora han entrado 800 mensajes en contra. Desde ayer hasta hace un rato, se habían manifestado en contra más de 6000 internautas.
Las reacciones de la red no se han hecho esperar. Nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino. Pero, la posibilidad de que se cierren páginas particulares –a pesar de las palabras de esta ministra—, sigue siendo cierta. Incapaces de crear un nuevo modela de cultura, más justo y más de acuerdo con los tiempos que corren, han cometido, en palabras de Alex de la Iglesia, --que se está planteando dimitir de la Academia de Cine— “un desastre, enfangando más una ley, que estaba ya enfangada”.
Sin embargo, como no puede ser de otra manera, siempre hay gente interesada que está a favor. Y como no, otra vez, Alejandro Sanz –ese que paga sus impuestos en Miami y que viene aquí a cagar y a llamar cobardes a los políticos que no votan esta ley— hoy está la mar de contento. Es un tipo feliz, vendrá a España a cobrar sus derechos de autor, pero seguirá residiendo y contribuyendo en Miami.
Muchos expertos dicen que esta ley no va a resolver el problema. ¿Cuál será el próximo paso? ¿Otra ley Sinde para que las discográficas puedan mantener sus beneficios? El caso es evitar la libre circulación de la cultura, en aras de unos derechos de autor, que sólo beneficiarán a los grandes y a la Industria discográfica.
Hay mucho movimiento en las redes sociales. Cada día más, la distancia entre los diputados y la calle es mayor. Pero, la pregunta es, ¿se canalizará este ruido en un voto de castigo a estos dos grandes partidos, que comparten política económica y ley Sinde?
He ahí la pregunta del millón. Lo veremos pronto, porque sólo eso podría hacer cambiar este modelo cultural en favor de la Gran Industria y permitir una difusión justa y equitativa (que no gratis) de la cultura.
Salud y República
P.D. Postura del área de Juventud de Izquierda Unida que comparto.