Revista Cine
Ahora que el frío invierno se está haciendo notar pero bien, apetece escaparse a un lugar más cálido. ¿Qué tal Lanzarote?Nosotros fuimos en enero del año pasado, aprovechando los últimos coletazos de mi baja maternal, y la verdad que fueron unas minivacaciones para todos, y eso que con niños pequeños parece que esa palabra no existe.Aunque no es nuestro estilo, teniendo un bebé de pocos meses y un pequeño monstruito de 4 años, queríamos un lugar para descansar y acaso hacer alguna excursión.
Estuvimos en el Sandos Papagayo Arena, que nos recomendaron en la agencia, aunque la mayoría de hoteles de la zona parece que están preparados para ir con niños, y la verdad que fue una gozada, un poco apartado, eso sí, pero con un autobús gratuito que te llevaba al pueblo. Tenían un miniclub (a partir de 4 años, creo, pero podían ir más pequeños si estaban acompañados de algún adulto) a la mañana y a la tarde (hasta las 17.00h) en el que dibujaban, hacían algún campeonato de deportes, les pintaban la cara... y nosotros aprovechábamos para tomar el sol o dar algún paseo. A la tarde-noche (sobre las 20.00h) minidisco, donde recogían los diplomas obtenidos durante el día y cantaban y bailaban mientras los papás se podían tomar algo en el bar del recinto. Cuando terminaba la marcha infantil, empezaba el espectáculo de "mayores" (en el que se quedaban casi todos los niños a verlo): magos, lanzadores de cuchillos, loros acróbatas...
Además de disfrutar del hotel, tambien hicimos alguna excursión. La que más éxito tiene entre los peques es montarse en un camello. Si son niños pequeños es recomendable que se sienten sobre un adulto, ya que los animales se balancean bastante y se pueden escurrir, sobre todo al levantarse y agacharse, pero por lo demás no entraña ningún peligro. De hecho, yo me monté llevando a mi bebé en un cangurito.Los jameos tambien les pueden gustar. Allí vive una especie de cangrejo chiquitín y albino, el "jameíto", exclusivo de esa laguna, y les llama mucho la atención, y si les gustan los volcanes, tienen una pequeña exposición sobre ellos y el efecto que tuvieron en la formación de las islas.
Es llamativo también el Charco Verde, y cerca, Los Hervideros, un curioso paisaje costero, originado por la erosión de la roca producida por las olas, y que daba la impresión de que en algún rincón tenía que estar escondido el tesoro del Capitán Sparrow o de Peter Pan.
Qué ganas de ir, ¿verdad? Hoy es el día que mi hijo me pregunta cuándo vamos a volver.