Ayer, zapeando por las varias cadenas televisivas, tuve la suerte de ver, quizás incluso visualizar, tal y como ahora se dice, a la Secretaria de Estado para la Cooperación al Desarrollo.
Ante la pregunta del periodista de cómo una ejecutiva de un gobierno socialista podría justificar el recorte de 800 millones en las ayudas al desarrollo para este año 2010, ella, la Secretaria de Estado, echaba la culpa a la "crisis". Por supuesto.
Nos tranquilizó, ella, al decirnos que no afectaría a los "objetivos nucleares" del programa del Gobierno para la Cooperación.
También, ella, justificaba el retraso de alcanzar el 0,7 del PIB en ayuda al desarrollo, previsto para 2012 y que a causa de la crisis se intentaría conseguir en el 2015.
En definitiva, ella, la Secretaria de Estado, nos tranquilizaba al decirnos que todo es achacable a "la crisis" pero que no era muy preocupante.
Ya en la soledad de mi mente, me decía yo a mí misma. "Tal y como ella explica, quizás, no sea para tanto, total solo son 800 millones de euros".
Después empecé a pensar en cómo estarían en cualquier aldea africana, de cualquier país de ese trágico continente. Esa cualquier aldea donde no hay agua potable. Aldea donde no hay servicios sanitarios mínimos. Aldea donde solo comen cuando algún "saco de patatas" solidario les llega del cielo. Aldea donde los niños contemplan la muerte como aliada cotidiana. Aldea donde ya no hay ni siquiera lágrimas, ni llantos. Aldea donde solo queda desolación y tristeza.
Y para qué servirán 800 millones de euros, se preguntaba ella, la Secretaria de Estado para Cooperación al Desarrollo, dado que esa cantidad no afecta a lo esencial de los objetivos previstos.
Recuérdenme cuando tengamos que volver a votar, que exiga ante notario que pase lo que pase el programa social y solidario del partido elegido no cambiará su objetivo bajo ningún concepto.
800 millones de euros suponen la vida para millones de personas. ¿Es que no había otra partida para recortar gasto? Se me ocurren montones. Acabo de escribir al presidente del Gobierno para que me contrate como buscadora de oro, de ese oro que hay, porque haberlo me han contado que haylo, en los Presupuestos Generales del Estado.
Se que hace poco hablé sobre este tema, pero es que viendo de nuevo la justificación del recorte de ayudas a los desfavorecidos de la Tierra, me ha entrado de nuevo absoluta desolación.