Revista Viajes
Hace poco más de un mes acabé una extenuante temporada de trabajo. Desde entonces he hecho muy pocas cosas. Mi cuerpo y mi mente me sugerían una rescisión dramática de impactos y sensaciones. Pese a tener todo el tiempo del mundo, no me apetecía salir, ni hacer ninguna actividad concreta, tampoco tenía ganas de relacionarme mucho con la gente, tras meses al servicio de un montón de personas. Quería buscar un poco más de vida interior y menos de exterior. No digo que lo consiguiera, porque al mismo tiempo había mucho que hacer en casa tras un temporada ausente: no encontraba ni sabía donde estaba nada, primero por la enorme cantidad de cosas que abarrotan mis estanterías y cajones y también por las repetidas ausencias a lo largo de los meses. Así que me he dedicado básicamente a ordenar, tirar cosas además de leer y ver películas en Netflix. De tener una vida tan intensa y con tantas experiencias a vivirlas a través de la vida de los demás. Mucha casa, siestas, limpieza, cocinar y dedicarme casi en exclusiva a los miembros de mi familia.
Hoy hace un mes desde que llevo esta vida, pero está a punto de cambiar, en una semana estaré en Islandia y en un mes en California. Sin duda este periodo baldío ha sido necesario para recargar energías y coger con más gusto mis próximas aventuras, porque ahora si que sí muy pronto empiezan mis vacaciones.
Mi primer destino Islandia fue fruto de un impulso incontrolable provocado por un momento de subidón, unido a la facilidad para comprar billetes a golpe de click: un arrebato me hizo hace ya más de seis meses comprar unos billetes a muy buen precio a Reikiavik. Qué ilusión tenía! ir a uno de los lugares más extremos del mundo para disfrutarlo durante una semana con mi familia. Poco a poco me fui dando cuenta de que el viaje me iba a salir bastante más caro de lo que imaginaba: los hoteles estaban a precios prohibitivos aunque a través de Airbnb conseguí encontrar una linda casa bastante cerca del centro. Alquilar un coche también era bastante caro, y además no me sentía cómoda conduciendo en un lugar donde podríamos encontrar condiciones climáticas realmente extremas y donde además había que tener en cuenta que en las fechas en las que vamos sólo hay 4-5 horas de luz al día. Madre mía dónde me había metido.!! Pero en este punto ya no había marcha atrás, así que contraté un par de excursiones para que nos lleven a los lugares más importantes. Así que veremos a ver que nos depara en Islandia la próxima semana.
Durante este tiempo me he visto las tres primeras temporadas de "Vikings", fabulosa serie de Tv sobre los vikingos e intentando leer y documentarme todo lo posible para este destino. así mi viaje comienza antes, no solo cuando lo vivo, si no también cuando lo organizo y después cuando lo reviva.
El segundo destino California también se debió a una super oferta en los vuelos que era prácticamente imposible de rechazar. Pagué no más de 220€ por un vuelo de ida y vuelta directo de Barcelona a Oakland ( al lado de San Francisco ) y en plena Navidad ! Se que puede parecer increíble pero así es, si dispones de flexibilidad en las fechas y lo compras con tiempo de antelación puedes encontrar realmente gangas. Mucha gente no sabe que es precisamente este as el que guardo bajo la manga y es el que me permite viajar a muy buenos precios. Así que por mis dos viajes pago lo mismo que lo tu gastarías en plena temporada alta por solo uno de ellos. Eso sí he tenido que tener un poco de paciencia y también saber controlar muy bien la economía durante los periodos de inactividad. De momento me funciona muy bien, así que sigo adelante.
Espero que este mes que tengo por delante me llene de gratas e intensas experiencias que os pueda ir contando.
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