Revista Opinión

Y qué hacemos cuando decimos la palabra Compromiso

Publicado el 12 enero 2014 por Miguel Ángel García Morcillo @alienaragorn

La palabra compromiso en una de sus definiciones significa: "obligación contraída por medio de acuerdo, promesa o contrato". Es una buena manera de comenzar el año, estableciendo unos objetivos y comprometiéndonos a realizarlos. Hay personas que cuando pronuncian la palabra compromiso lo hacen sabiendo las consecuencias que traerán consigo. Otras la utilizan asiduamente para aparentar y vender una marca personal, una firma comercial o para montar un negocio. La devalúan, porque cuando emiten el vocablo a sabiendas de que no van a cumplir con lo prometido, están cometiendo una tropelía, están engañando a sabiendas. Aunque eso hoy en día, parece que se asume e incluso pasa hasta casi desapercibido...

Y qué hacemos cuando decimos la palabra Compromiso

Yo quiero enfocar este post hacia esas personas que son capaces de adquirir un compromiso y llevarlo a cabo hasta el final. A las que saben que cuando lo hacen, su honor (otra palabra devaluada por la televisión) está en juego y con ello su integridad. A los que para ellos la palabra significa mucho. Que aunque parezca mentira no hace tantos años, la palabra dada y el apretón de manos era como firmar un contrato de por vida. Hoy en día, es recomendable leerse dos veces el contrato o lo que sea que te den para firmar cualquier cosa, porque puede (eso sí probablemente sin saberlo) que te la estén metiendo doblada.

Los que se comprometen saben que el camino va a ser arduo y difícil, que se van a encontrar muchos problemas que resolver. Que la paciencia va a tener que ser una de sus virtudes porque las cosas que ocurren, las circunstancias que nos acechan, en ocasiones ni las vemos venir, ni las podemos imaginar.

El compromiso tiene que servir para que una persona tenga un proyecto que cumplir. Para recordar que cada día de su vida tiene que hacer eso por lo que se ha comprometido, que tendrá que esforzarse por cumplir a pesar de las dificultades (que no serán pocas). Que sea un aliciente más en su vida, que te dé motivos para luchar, para trabajar, para sentirte orgulloso porque cada día que pasa has logrado hacer el cometido que tenías. Que eres capaz de realizar aquello que dijiste.

Da igual el carácter del compromiso, lo importante es una vez hecho tener el coraje y el entusiasmo por conseguirlo.


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