Me lo temía. Un presidente que no tiene ni idea de inglés y que habla un castellano rotundo del siglo XVIII, rimbombante, atolondrado y siseante, es capaz de hablar un idioma tan difícil como el euskera. ¿Quién lo iba a decir?
Mucho estado centralista pero a los peperos las lenguas autonómicas se les da de miedo. Aznar, en su momento, habló catalán. Hoy, Rajoy ha hablado euskera. Eso sí, a precio de oro y con cuenta a los presupuestos del Estado, o sea pagado por todos los españoles. Así cualquiera.
Este partido. que se ha entregado a un intercambio típico de mercadillo de tercera, ha conseguido comprar votos y así mejorar a los que más tienen a costa de las comunidades más pobres. Eso es lo suyo. A pesar de sus principios --ese rechazo que siempre han demostrado hacia las comunidades históricas, a las que siempre han repelido, y en las que nunca han conseguido hincar el diente de los votos--, no ha tenido el menor reparo de comprar su voluntad. Por cierto, valga también a la inversa. Ese PNV que tanto ha estado criticando al PP, hoy, con el bolsillo lleno habla de estabilidad y de oportunidad. Más bien habría que hablar de oportunismo barriobajero.
Los cinco votos del PNV nos van a salir a todos los demás por un pico. Tanto hablar de que defienden la igualdad entre todos los españoles y resulta que les importa un pito, y lo que hacen es aumentar la desigualdad a costa del erario público.
Si ya el concierto vasco es, de por sí, discriminatorio en relación con el resto de comunidades, ahora resulta que el cupo que pagan, que les era muy favorable, se quedará en una propina, porque al parecer la cuota baja a la mitad. Si antes era discutible, ahora es algo muy injusto. De un cupo de unos 1600 millones que debería entregar Euskadi a la Administración Central, la cosa se va a quedar en unos 800.
La comunidad más rica del Estado, la vasca, mañana lo será más a costa del dinero que podría ir a otras más pobres, como Canarias, Extremadura, Galicia o Andalucía. Pero claro, hay que aprobar el presupuesto y ayudar a los más ricos. Por otra parte, nada anormal, es lo que vienen haciendo en todos los estamentos. De ahí que las desigualdades, en cualquier instancia, hayan aumentado hasta límites inaguantables, y, al parecer, lo que te rondaré morena.
Claro que esto no es romper España, es simplemente hacerla añicos. Aquí no pasa nada, si alguna otra Comunidad se ha atrevido a pedir más para poder desarrollar sus competencias, se la ha tratado de insolidaria, de egoísta. Pero claro si se trata, de Euskadi hoy, se trata de un ejercicio de responsabilidad y de dar estabilidad. ¡Vaya jeta!, por ambas partes.
Del PP, qué más decir, todo ha quedado aclarado. Ciudadanos, que tan reacio se ha mostrado siempre al cupo vasco, tendría que explicar por qué traga cuando el problema se agudiza. Pero no hay problema, ellos están para lo que están. Ni quitan ni ponen rey, pero ayudan a Rajoy.
Al PSOE que insiste en hacerse el digno y critica los presupuestos, habría que recordarle que Rajoy es presidente por su abstención y que además se van a aprobar los presupuestos con el voto de uno de los suyos, Pedro Quevedo, que aunque sea de Nueva Canarias se ha presentado en su lista. Y no vale aquello de que no es del PSOE. Porque, ¿qué dirían si alguien de Compromís, de Izquierda Unida o de En Marea votara diferente a Unidos Podemos en algo tan importante como los presupuestos?
Basta ya de mentiras. El PP ha conseguido aumentar la gran coalición. A su partido, más Ciudadanos y el PSOE, acaba de añadir al PNV.
¿Alguien tiene algo que decir sobre la corrupción y la desigualdad? ¡Ah! Que eso no es importante. Que eso no toca. Lo importante es la estabilidad (de la corrupción y la desigualdad). Y la moda: hablar Euskera en la intimidad.Salud y República