Revista Opinión

Y Rajoy se fuma un puro en Nueva York

Publicado el 27 septiembre 2012 por Rgalmazan @RGAlmazan

Mientras España protesta, las calles se llenan de manifestantes, el 25-S está en ebullición, Rajoy, en Nueva York, para celebrarlo, se fuma un puro.

O sea, le importamos un carajo. El vive su vida, una vida ajena a lo que ocurre aquí en su ‘Eshpaña’. Una vida de privilegiado. Mientras Madrid bulle, él a lo suyo, a fumarse un puro.

Este mandatario que nos ha tocado, este ser tan sensato y cumplidor de programas, este tipo que gobierna para los débiles, lo menos que se merece es fumarse un puro.

Está en Nueva York por razones importantísimas, por cuestiones de alto Estado, para defender en la ONU algo que siempre ha defendido: la Alianza de Civilizaciones. Ese proyecto que tanto le entusiasmó, algo que aplaudió cuando Zapatero lo divulgó.

Rajoy fuma un puro

Y como es un hombre de Estado, de primer grado ¡faltaría más!, se ha puesto a defender lo que más nos importa, lo que nos quita el sueño, lo que la ciudadanía pide a gritos. Y los ingleses se han puesto a temblar, Rajoy les ha pedido hablar de Gibraltar. ¡Ah!, qué tiempos aquellos, por los sesenta del siglo pasado, cuando las campañas antibritánicas, y a favor de la españolidad del peñón, eran continuas muestras de un fervor patriótico que hoy ha desaparecido y que nuestro gran presidente quiere de nuevo insuflarnos, mientras se fuma un puro en Nueva York.

Porque los recortes que se avecinan, los presupuestos del año que viene, el rescate que nos va a aplastar no tienen importancia. Ninguna.  Es más, para él la economía española vive un momento fascinante. O sea que se lo está pasando pipa con la crisis. Hoy lo que priva es Gibraltar, la Alianza de Civilizaciones y fumarse un puro en Nueva York.

Por cierto, que también se ha referido al 25S con una astucia única, brillante, espectacular. Ha dado las gracias a esa gente de paz, a esos que no se han manifestado. Esa mayoría silenciosa que está de acuerdo con su política. Al fin y al cabo, en la calle sólo había unos cuantos alborotadores. Esos desalmados que les ha dado por protestar, mientras él sufre con los buenos españoles esta situación a la que nos ha llevado haber vivido como marajás.

La cuestión es que hay quien no sabe de matemáticas. Porque si había, pongamos, cincuenta mil personas en la manifestación a las puertas del Congreso, quiere decir, según el gran maestro Rajoy, que los otro 47 millones están con él, con el gran Rajoy, con sus políticas maravillosas. Y luego dirán que no es para fumarse un puro.

Por cierto, que siguiendo ese criterio, si en la manifestación del día después al golpe de Estado del 23-F había un millón de participantes, quiere decir que los otros 44 millones de españoles estaban a favor del golpe. No me digan que no es para fumarse un puro, aunque sea en la quinta avenida de Nueva York.

Salud y República


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