Sherman Holmes durante el concierto en el Teatro Cervantes. Foto de Chusmi10
¿Qué hace que un músico posea un sonido único, que con solo un acorde, canto o fraseo le identifiquemos al instante? ¿Será su procedencia, su educación, la técnica, o incluso el color de la piel? Ayer el Teatro Cervantes de Valladolid vibró al ritmo de blues, R&B, rock’n’roll, country y soul. ¿Una amalgama de estilos más? Nada de eso, The Holmes Brothers no solo tocan como nadie, sino que tienen la capacidad de transportar al público a los brillantes EEUU de Ray Charles, Chuck Berry o BB King; ahí es nada.
Pero sin olvidarnos de que no son imitadores, sino que son perros viejos (más de 30 años en la música y 11 discos juntos) de una música que les pertenece. Probablemente no les dediquen películas y, sin embargo, su manera de cantar, de atacar la guitarra, de golpear la batería, de acariciar las cuerdas del bajo; son inimitables. The Holmes Brothers vienen del estado de Virginia de los EE UU y son Sherman Holmes (voz, guitarra y teclado), Wendell Holmes (bajo y voz) y Popsy Dixon que además de batería y cantante —aquí todos cantan—, es en palabras de Wendell, hermano espiritual.
Popsy Dixon a la batería. Primer plano de un detalle de Wendell Holmes. Foto de Chusmi10
No es casualidad esta espiritual hermandad. El góspel se viste de ritmos blueseros, o bien al revés, o acompañan una balada country con riffs de rock’n’roll. Todo ello servido con la elegancia de unos señores que llevan americanas marrones y pantalones de esos que se aproximan a la sobaquera. Vamos, que aquí las apariencias no engañan; ni falta que hace.
El repertorio se basó en los catorce temas de su último disco: Feed My Soul editado en 2010 por el sello Alligator. Un álbum con mucho significado ya que como cuentan, lo grabaron a raíz de que diagnosticaran a Sherman un cáncer, de ahí que los temas hablen de la lucha frente a la adversidad y la esperanza. Como la pieza “I Believe You I Think” o la que da nombre al disco. La parte más marchosa la aplicaron temas como “You’re the Kind of Trouble” donde Sherman aparcó la guitarra para sentarse a los mandos del teclado.
Wendell Holmes. Foto de Chusmi10
Con este panorama la reminiscencia a Ray Charles es inevitable; antes la guitarra había gritado con cierto regusto a Freddie King. A esto hay que añadir el fenomenal manejo de la batería de Popsy y de su voz soprano, que en muchas canciones no solo acompañaba a Sherman sino que llevaba el peso vocal. Por su parte Wendell al bajo sobresalía en las canciones más lentas, al pulsar, o mejor dicho acariciar, las cuerdas.
Como una caricia resultó el concierto para el público. Resulta imposible no salir con una amplia sonrisa después de una hora y media con The Holmes Brothers. Hoy volveran a cantarle a la vida en Segovia, pasado mañana en Elorrio y luego marchan a Nueva York, así que los que puedan, ya saben, pongan un poco de luz a sus vidas.
Canción “Feed My Soul” homónima a su último disco
Eduardo R. Salgado
Estudiante de Periodismo y Musicología en la Universidad de Valladolid. Miembro del equipo radiofónico de: lamilanabonita.com
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