Hace unos días, un buen amigo que me conoce desde hace años y hoy está en la diáspora, me preguntaba en privado: “¡Mi querido Víctor! Hace días tengo algo que me ronda en la cabeza y quería preguntarle: ¿No ha pensado explorar los senderos de la política?… Es en serio, creo que podría ser bueno porque lo conozco y lo sigo en la distancia a través de las redes. Pourquoi pas? como diríamos en francés…
Hace un rato le contesté y luego me animé a compartirles mi respuesta con algunas líneas más. La política es algo que siempre me ha gustado mucho y en mi juventud quise llegar a ser elegido. Siempre he creído que podría ser bueno porque honestamente no llegaría a robar, sino a intentar desatrasar lo perdido por la corrupción.
Con mi arribo a las redes sociales y el relativo éxito/reconocimiento que he tenido en ellas, la tentación de entrar a la política activa y proselitista ha sido mayor. No obstante, me he detenido porque a la vez he pensado que podría perder mi credibilidad construida en años sin mayores pretensiones ni planes porque tengo la sensación de que la gente pensaría que todo el camino recorrido no fue más que escalones planeados para una visibilidad electoral.
Soy malpensado y creo que muchos podrían verlo igual. Así las cosas, me he hecho a la idea de que la mejor forma en que por ahora puedo hacer política es no sucumbir a las veleidades electorales y más bien ayudar a hacer control social, y compartir con otros lo que yo creo que podría servirles.
Estoy convencido de que los ciudadanos debemos aprender a ser más seres políticos entendiéndose como el ejercicio más activo de la ciudadanía, del control social y político a los gobernantes elegidos, a los servidores públicos; de la defensa del espacio público y del medio ambiente, de los derechos fundamentales… Hacer política no es solamente hacerse elegir en cargos públicos. El espectro de posibilidades es enorme.
Así que por ahora y no es última palabra, creo que lo más prudente es hacer política desde la ciudadanía activa. En todo casi, mil gracias por el voto de confianza a este amigo y a otros que me han hecho la sutil sugerencia en meses pasados a los cuales les respondí en privado más o menos lo mismo.