Revista Opinión
Llevo leídos y escuchados en los últimos meses algunos argumentos en favor de la suerte como método de selección para determinados puestos y volví a tropezarme con una reflexión de este tenor el otro día en El Mundo a cuenta de Sosa Wagner, un tipo al que respeto mucho y al que siempre es una delicia leer. ¿Qué ocurriría si renunciáramos a la votación y asignáramos determinados cargos y magistraturas por sorteo? ¿Es tan descabellado como parece o tiene argumentos sólido detrás?Aquí tienen una reflexión sobre "La suerte en democracia". Disfrútela, desocupado lector.