Revista Opinión

¿Y si…? nadie hubiera luchado antes por nuestros derechos

Publicado el 14 septiembre 2010 por Nynaeve

Cuantos y sis hay en el mundo...

Arranca también el “curso” en la sección de los ¿Y si…? con un tema candente de cara a la cercana huelga general. ¿Qué sería de la sociedad tal y cómo la conocemos si nadie hubiera luchado antes por nuestros derechos?

Joaquín tenía 40 años, la espalda rota, llevaba trabajando desde los 8 años, mal nutrido, mal vestido, con frío en invierno, calor en verano. Trabajaba entre 14 y 16 horas diarias, a no ser que al patrón se le diera por prescindir de algún compañero “revoltoso”.  ¡Ay esos compañeros, qué poco pensaban en los demás! ¿Para qué enfrentarse al patrón, si lo único que iban a conseguir es que las cosas se pusieran peor para todos? O eso que decían esos revolucionarios, ¿huelga? sí, hombre, y si el patron quiebra, nos quedamos todos con una mano por delante y otra detrás… no es que fuera la vida perfecta, ni la mejor alimentación, pero el patrón cuidaba de todos ellos. Cómo a su mujer le gustaba decir, ¡eran una gran familia!.

Cierto que, cuando se lo dijo a Matías, el último por el que había tenido que hacer horas extras, se rió en su cara. Le dijo, ¡hombre Joaquín, si tan familia somos, qué tal si vivimos cómo ellos, comemos lo mismo que ellos, vestimos como ellos y trabajamos el mismo número de horas que ellos!. Eso es hipocresía. La patrona era maja, se acercaba a las casas de sus empleados cuando sabía que había un niño enfermo, así que no entendía porqué Matías sentía tanta rabia cuando hablaba de ella.

Un día que tuvo que ir al centro, el patrón le dijo que confiaba mucho en él, escuchó a otros patrones, escandalizados porque había unos empleados suyos que querían un domingo, incluso, querían tener libre el fin de semana. Eso romperá la productividad, los hará vagos y si les damos eso, cada día van a pedir más.

Y Joaquín pensó en que tampoco estaría mal eso de tener un domingo aunque fuera de vez en cuando, ya le gustaría ir al río, cómo una vez en su cumpleaños, que aprovechando que su padre estaba enfermo, se dieron un paseo por allí. Poco después su padre murió, le cayó una viga encima. Alguien dijo que las cuerdas estaban roídas por el tiempo, pero eso no podía ser, porque el patrón cuidaba de él también. De hecho, ahora cuando había una cuerda mal, él se lo decía al capataz y éste las cambiaba enseguida… ¿ves cómo el patrón no es tan malo, Matías?

Han pasado dos años. Hoy es el día de la boda de Joaquín. Está contento, con todo el trabajo que hay, el patrón le ha dado el día. Cada vez hay menos compañeros. Y los que hay, cada día están más enfadados. Sabe que se reunen por la tarde. Alguna vez le han invitado y una también fue. Matías le ha dicho que tiene que despertar. Que sí él dice que sí a la huelga, los demás le seguirán. Que confían en él, le dicen. Y que tiene que despertar.

Y María está embarazada. Está tan contento. De repente, se ha dado cuenta. Está allí, tantas horas, por un salario mísero y empieza a entender eso de que son exclavos sin grilletes. ¿Quiero que mi hijo tenga la misma vida que yo?

Y esa pregunta fue la clave. Ellos lucharon por nuestros derechos, los mismos que nosotros nos hemos dejado arrebatar poco a poco, hemos caído en la trampa. ¿Qué harás tú? ¿Y sí luchamos por nuestros derechos, los que heredarán nuestros hijos?

No sé qué te parece a tí… ¿Y sí…?

Lucha por los derechos de todos


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