En estos días estamos asistiendo al nuevo sueño de la humanidad que el magnate y visonario Elon Musk, creador de los coches eléctricos Tesla y el tren Hyperloop one, que viajará a 1000 km/h , quiere hacer realidad el viaje a Marte con su cohete Space X para instalar la primera colonia humana.
Al igual que la imaginación de Julio Verne le llevó de la Tierra a la Luna en una bala de cañón ¿yo me pregunto por qué no podríamos subir a Marte en una escalera de Fibonacci?
Esta pregunta me la hice porque mi imaginación divagó hasta ese punto al visitar la exposición de "Marte, la conquista de una sueño" en la Fundación Telefónica, mientras fotografiaba la escalera.Al ver desde abajo la escalera de caracol que lleva a los pisos superiores, y darme cuenta cómo la perspectiva formaba una espiral de Fibonacci, me vino a la cabeza la romántica idea de que si esta escalera no tuviera fin nos podría servir para alcanzar el sueño de llegar a Marte.Lo primero, saber qué es la espiral de FibonacciUn hombre puso un par de conejos en un lugar rodeado por todos lados por una pared. ¿Cuántos pares de conejos pueden ser producidos a partir de ese par en un año si se supone que cada mes, cada pareja engendra un nuevo par, que a partir del segundo mes se vuelve productivo?Leonardo de Pisa, conocido como Fibonacci (Italia, S. XIII), aceptó el reto y resolvió el problema, publicando la solución en una obra titulada “Flos” (1225). Para ello desarrolló una serie numérica que pasaría a la historia como la serie de Fibonacci. Dicha sucesión de números comienza con 0 y 1, y a partir de ahí cada elemento o número de Fibonacci es la suma de los dos anteriores. 0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,233,377,610,987,1597,...
Así representó Leonardo el problema reproductivo de los conejos que, aunque es un modelo artificial en el caso de estos animales (pues biológicamente no es estrictamente cierto) sí se cumple a la perfección en el modelo reproductivo de las abejas. En una colmena, sólo se reproduce la reina: es la única que pone huevos.Ahora vamos a ver la Espiral dorada o de Fibonacci:
La Espiral dorada (denominada también espiral áurea) es una espiral logarítmica asociada a las propiedades geométricas del rectángulo dorado. La razón de crecimiento es Φ, es decir la razón dorada.
La espiral de Fibonacci es una aproximación de la espiral áurea generada dibujando arcos circulares conectando las esquinas opuestas de los cuadrados ajustados a los valores de la sucesión, adosando sucesivamente cuadrados de lado 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21 y 34.
Tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemática y teoría de juegos. También aparece en configuraciones biológicas, como por ejemplo en las ramas de los árboles, en la disposición de las hojas en el tallo, en las flores de alcachofas y girasoles, en las inflorescencias del brécol romanesco y en la configuración de las piñas de las coníferas. De igual manera, se encuentra en la estructura espiral del caparazón de algunos moluscos, como el nautilus.
Algunas fotografías de la Exposición
Como puedes ver en la foto de la portada y en la anterior, la espiral de Fibonacci es uno de los patrones de composición que puedes seguir cuando haces una fotografía. Este patrón y otros, como la regla de los tercios o la regla del horizonte, lo que pretenden es que que tu cerebro perciba la foto de una manera más atrayente.
Siguiendo con la la escalera de la Fundación Telefónica la verdad es que tiene muchas posibilidades fotográficas.
Hasta ahora la NASA ha lanzado una serie de programas que han puesto en órbita sondas alrededor de Marte, llegando a aterrizar en el planeta. Misiones que han servido para adquirir un gran conocimiento que permita el gran salto final que Elon Musk pretende dar en la década de 2030.
El planeta rojo
Mars Pathfinder
Sonda Mars Express
Módulo de aterrizaje de las misiones Viking
Maqueta del Mars Rover