Y sin embargo te quiero…

Antes de que lo hiciese Sabina ya lo decía la Piquer hace mil años: “….No debiera de quererte y sin embargo te quiero”. Ése, que viene etiquetado como peligroso para el corazón y que no ha hecho nada para merecerlo… te inyecta su encanto en vena y estás perdida.

De esta canción existen dos versiones conocidas e interpretadas según “les va la vaina” al que la canta: Piquer y Sabina… Para la Piquer es un dramón del quince: (Me lo dijeron mil veces mas yo nunca quise poner atención, Cuando vinieron los llantos ya estabas muy dentro de mi corazón) Vamos…que a la pobre la dejaron  más tirada que  a una colilla…

Y es que la versión femenina de la Piquer es un reflejo de cómo nos sentimos nosotras cuando nos damos cuenta de que ni haciendo el “pinopuente” podemos sacarnos de la cabeza a ese chico (que ni siquiera se lo ha currado, que no te presta atención en demasía, que parece que te hace un favor cuando te mira) y de un día para otro se ha convertido en ¿En qué se ha convertido? Pues en un dolor de cabeza constante, angustia vital y un virus que solo se cura cuando recibes sus noticias.

 Y para Sabina (que ya con esa cara de macarra ¿para que queremos más?) la versión masculina nos enseña ese tipo de amor que sienten los hombres (que te quieren un montón aunque se comporten como si tú no existieras o aunque te engañen con todas sus amigas) y así nos lo explica:

“ De sobra sabes que eres la primera, que no miento si juro que daría por ti la  vida entera, por ti la vida entera. 
Y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te engañaría con cualquiera, te cambiaría por cualquiera.” 

¡Manda narices que huevos tienes Maestro! ¿Me quieres o tan sólo me vacilas? El maestro Sabina si que sabe lo duro que es ser hombre y estar enamorado o ir por ahí enamorando a mujeres como quien da los “buenos días” y acostarse con 20 y no llamar porque seguro que como al resto de los hombres “tengo mucho lío” ¡¡¡No ya, si a ti líos no te faltan!!!

¿Cuántas veces habremos pensado lo mismo respecto a alguien? Nos fijamos en alguien por la “Ley de la atracción” (que ya no se si es Ley, Real decreto o un Bando municipal… pero de obligado cumplimento seguro, no falla nunca) y de repente nos damos cuenta de que esa persona, nos puede hacer más mal que bien y que es mejor mantener las distancias por si resbalas y te la pegas por culpa suya.

Hasta tu cabecita emite “señales de alerta” para decirte que ese hombre o esa mujer es “mercancía peligrosa” (Handle with a care) y lo peor de todo es esa sensación de que la situación “se te va de las manos” y que no puedes controlarla:

Si es que no lo puedo evitar, si es que es tan mono, sí, ya sé que es un gilipollas… ¿Pero que queréis que haga? Nada…da igual lo que hagas o digas… Desde ese preciso momento estás a merced del lobo y te has convertido en “corderita”.

El corazón no escucha lo que dices, ni lo que él hace, ni lo que él no hace… ¡Que va por libre y se ha vuelto “independentista”! Porque mira que le he dicho últimamente: No…de éste no, no se te ocurra pillarte ¡Y menos de éste! ¡No, no y no! Pues ni caso.

 Una vez que eres consciente del problema (porque es un problema de narices que te quedes colgado de quién sabes te va a hacer sufrir) tu estrategia mental debe ser la siguiente: ¡Aléjate de la tentación y líbrate del mal! (Amén) Porque si te quedas cerca y dentro de su radio de acción estas avocada al fracaso de forma estrepitosa.

Por desgracia para cuando decides afrontar el problema porque lo tuyo con él es “un callejón sin salida”. Basta que digas a ti misma que no (Ni de coña)… Para que tu corazón haga ¡lo que le salga de la barriga!!!

Pero si desde el inicio sabes que no es la persona correcta… desconecta todo lo que puedas. No le escribas (pues te dolerá si no contestan), no le pidas una cita (pues no querrás oír una excusa) y no le preguntes que es lo que espera de lo vuestro (porque tampoco te gustará la respuesta, salvo que busques un rollete “amo/sumisa”)

 Que te has acostado pensando en porqué leches no te escribe, en ¿Qué querrá decir con esta frasecita?, que le has hecho una encuesta sobre el comportamiento del “susodicho” a todas las amigas… Que tú misma te das cuenta del poder que le has dado a ese hombre sobre tu vida… Lamentablemente has llegado tarde, no hay retorno y vas a sufrir… Y tanto que sufrirás bonita.

Y tú te haces la digna: Definitivamente voy a pasar de él y “que le den morcilla”, si me dice que nos veamos le diré que no (eso lo he pensado yo mínimo 200 veces) y de repente aparece un mensaje (porque aparece cuando estás a punto de mandarlo a la M..erda) deben tener un detector de emociones, las tuyas las pilla al vuelo y sin que nadie se lo diga y lo peor de todo no es cuando él te escribe, no.. Lo peor de todo es cuando eres tú la que no puedes evitar estar sin él y tienes que escribir aunque sólo sea un soso “Buenos días” (emoticono con carita sonriente). ¿A que sí? Si es que …estaba más cantado que el Gordo de la Lotería.

Y es que tal y como dice la canción: “No debiera de quererte…y sin embargo te quiero” Y por desgracia es así, todos hemos encontrado a alguien que sin saber porqué, que sin haber hecho nada, que incluso jugando con nosotros y haciéndonos sufrir….. Sin embargo, lo queremos, lo deseamos, lo perdonamos, lo esperamos y haríamos lo que fuera por él o por ella.