Revista Cultura y Ocio
"Dime, ¿tú sabes qué es el amor?
¿Tú que lo vendes a dos liras el servicio, cinco minutos para echarte encima mí aliento, sin tiempo para mirarte a los ojos, murmurar tu nombre, crees acaso que sabes qué es el amor?¿Qué sabrás tú de las largas esperas, de los silencios amarrados a la angustia, esperando una palabra, una sonrisa?"
Esta vez fue el precioso dibujo, porque las cosas hermosas no han de ser alegres, lo que me atrajo. Luego el título, que me recordaba a un bonito bolero de Gardel, y el resto vino rodado. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Y todo a media luz.
Corre en Nápoles el año 1932 cuando conocemos a Ricciardi, un comisario de policía con el dudoso don de escuchar las últimas palabras que pronuncian los muertos. Como por ejemplo Víbora, su último caso. Una hermosísima mujer asesinada en un prostíbulo llamado El paraíso conocida por todos y frecuentada por tan solo dos clientes. Junto a su ayudante Maione se encargará de intentar resolver un caso sabiendo que al tratarse de una prostituta, para muchos tal vez no tenga tanta relevancia, pero a él las últimas palabras de los muertos le torturan.
Como siempre que se trata de un libro perteneciente a una saga comienzo situándoos. Y todo a media luz es la sexta entrega perteneciente al comisario Ricciardi, no obstante, no sólo se puede leer por separado, sino que yo me he enterado de que había más tras hacer su lectura, así que no es necesario leer los anteriores, ni nos deja una trama abierta que exija que leamos el siguiente.
Explicado esto, estamos ante una novela que se aparta un poco de los cauces habituales en la novela negra. Al igual que lleva el título de un bolero, la forma en que está escrita es muy plástica. De hecho hay algunos capítulos que están puestos por su musicalidad, que es casi lirismo, a la hora de ser leídos. Hacía mucho tiempo que no me tropezaba con un libro en el que fuera tan palpable la plasticidad de cada palabra, de cada expresión. Y aún así eso no es motivo para que no corra la sangre, porque sigue comenzando, como tantas novelas del género, con un cadáver en las primeras páginas.
Para resolver el crimen, el autor nos introducirá en una trama marcada por las pasiones y el hambre, él mismo nos lo repite a lo largo de una historia en la que conoceremos mejor a Ricciardi, un hombre atormentado que parece no querer abrirse al mundo ni a ninguna de las dos mujeres que lo aman; Maione, su ayudante, un hombre de familia que no duda en acudir a un travesti al que aprecia más de lo que quiere reconocer para obtener información, y a Bruno, un doctor que es tan buena persona como bocazas. Y si ya perfilamos a los personajes principales que van acompañados de el aya del comisario y las dos mujeres que esperan ser capaces de resquebrajar la coraza que protege al comisario, sólo nos queda conocer a los secundarios de esta historia. Unos secundarios perfilados para conseguir introducirnos en el Nápoles de los años treinta, en sus calles y sus pasiones, en la vida de las chicas de un burdel y sus familias, amores y rencillas... y también en sus miserias. Y una vez más destaca el cuidado, casi mimo, con el que trata el autor a cada personaje, como si fuera un objeto preciado que presentarnos para que podamos comprender su importancia, para que podamos ir deshaciendo el embrollo que nos propone con esta muerte aparentemente poco importante.
Hay muchas cosas a destacar en Y todo a media luz, pero quizás lo más importante sea ese rasgo atípico que la convierte en un objeto bello, hermoso. Y también que el autor procura que nos importen más los sentimientos de cada personaje que el asesinato en sí, incluso atrapar al asesino parecerá secundario cuando descubramos que la víctima era amada por uno y venerada por otro, que fue envidiada e ignorada... y también que poseía su propio corazón. Pero no os preocupéis, el crimen queda resuelto y explicado, y el autor introduce tramas secundarias y da un par de giros, porque estamos, no se nos olvide, ante una novela negra.
Me ha gustado Maurizio de Giovanni, buscaré más libros firmados con ese estilo tan personal.
Y vosotros, ¿recordáis alguna novela cuyo estilo os haya marcado tanto como la trama o sois de los que no reparáis en esos detalles?
Gracias