Un energúmeno ha sido proclamado presidente de EE.UU. Ésta es la democracia yanqui. ¿Se puede perder una votación cuando se obtienen tres millones de votos más que el contrario? Pues sí, en EE.UU. sí. Ya saben, el ejemplo de democracia por excelencia. Así nos va.
Y no ha sido la primera vez, recordemos que Bush hijo también ganó con menos votos que Al Gore. Lo que demuestra que es un sistema perverso. Al igual que ocurre en España, no todos los votos valen lo mismo, depende de donde se vota.
Así ha ganado este tipejo, homófobo, misógino, xenófobo y dictador. Un tipo cuyo mérito principal es ser multimillonario y un empresario de dudoso éxito. Un individuo que antes de llegar al poder se ha enfrentado con la mayoría de colectivos minoritarios, con los medios de comunicación y con países como China, mientras ha mostrado un acercamiento a su enemigo eterno: Rusia.
No ha engañado a nadie, él siempre ha sido así. Y no cambiará, de ahí su peligro. Cuando mostraba su actitud chulesca dentro de su partido, se decía: cambiará cuando sea candidato. Después cuando ha sido candidato, se comentaba, si gana –nadie lo pensaba--, no podrá hacer lo que dice. Y apenas ganó, continuó con sus formas agresivas y despectivas hacia los demás. Muchos, han seguido diciendo que, una vez que fuera investido presidente, cambiaría. Pues bien, lo primero que ha hecho ha sido firmar para acabar con el Obama-care y hacer desaparecer en la página de la Casa Blanca, los temas prioritarios de gobierno yanqui relativos a: derechos civiles, cambio climático, reducción de violencia por armas e inmigración, entre otros.
Todo esto adornado con unos golpes de pecho y unas llamadas a su dios, con el que dice tener una línea directa que le puede ayudar a llevar a cabo todos los desaguisados y todas las afrentas que ha anunciado. Porque no, Trump, por desgracia, no va a cambiar. Él ha demostrado ser como es y si nadie se lo impide seguirá caminando por ese camino contranatural de chulería y prepotencia que ha anunciado.
Ayer, más de medio millón de personas en Washington convocadas por asociaciones de mujeres, se manifestaron contra el nuevo presidente, mientras que otras decenas de miles lo hicieron en otras ciudades estadounidenses y de otros países.
A este tipo será difícil pararlo, su creencia en que está apoyado por la mano de su dios, y su soberbia desmedida, que le hace creerse superior a todo el mundo, junto a sus ideas retrógradas decimonónicas, sólo se podrá combatir con un enfrentamiento estudiado –eso es lo único que él entiende--, con contestación clara contra sus políticas y actuando unidos contra quien quiere imponer su supuesta superioridad con agresividad y contundencia. Sólo con una respuesta unida donde vea peligro ante sus osadías, se podrá luchar contra sus decisiones. La unión, dentro y fuera de USA es básica ante los ataques que propugna el nuevo presidente. Hay que empezar a buscar contrarios dentro de sus propias filas, los republicanos, para que, en caso necesario, pueda llevarse a cabo un ‘impeachment’.
Es verdad que Hillary representaba el establishment, pero lo de Trump es mucho más grave, porque desde el establishment, del que se ha valido para sus éxitos, quiere actuar contra el propio sistema.
Se trata de la demostración del más puro populismo que con el poder que tiene puede llevarnos a una tercera guerra mundial o a la destrucción global del planeta. ¡Mucho ojo! Seguir pensando que es simplemente un bocazas y que no llevará a cabo lo que ha prometido, puede dejarle el camino expedito para lograr sus desvaríos. Empecemos, desde nuestra pequeña parcela, a demostrarle que el mundo no se rinde, no vaya a ser que lleguemos tarde.Salud y República