Revista Cine

Y tú no regresaste. Marceline Loridan-Ivens.

Publicado el 19 noviembre 2015 por Meg @CazaEstrellas

"En la vida, la de verdad, también se olvida, se deja pasar, se selecciona, pero se confía en los sentimientos. En aquel lugar era al revés, lo primero que se perdían eran las referencias de amor y de sensibilidad. Uno se congelaba por dentro para no morir. Tú sabes bien que en aquel lugar el espíritu se encogía, no había futuro más allá de cinco minutos, una perdía la conciencia de sí misma. (...) Desde mi barracón veía a los niños que iban camino de la cámara de gas. Me acuerdo de una niña abrazada a su muñeca. Tenía la mirada perdida."

Y tú no regresaste. Marceline Loridan-Ivens.
Marceline Loridan -Ivens nació en 1928. A los quince años fue detenida junto a su padre y enviada a los campos de Auschwitz-Birkeneau y posteriormente a los de Bergen-Belsen y Theresienstadt. Superviviente del Holocausto, tiene en su haber una gran carrera como realizadora de películas y documentales, tanto en solitario como con su marido, faceta que ha empleado en alguna ocasión para contar su experiencia, al igua que lo hace en el título que os traigo hoy.

Sin palabras. Así me he quedado al leer este libro. El Holocausto es un tema muy presente en la literatura, y no es ningún secreto que no me canso de leer al respecto y que no deja de impresionarme este episodio histórico. Se podría pensar que ya está todo dicho o que cualquier novela ambientada en esa época es más de lo mismo. Pero os aseguro que no es así, especialmente en este caso.

"Y tú no regresaste" es una especie de carta llena de reflexiones y sentimientos que Marceline escribe a su padre para contarle cómo le fue desde que se separaron y cómo ha seguido su vida después. En menos de cien páginas, y con un estilo desprovisto de sentimentalismo, sencillo y directo, la autora golpea y conmueve al lector de una forma diferente y mucho más intensa que en otras lecturas similares, y no solo por dejar plasmadas las condiciones infrahumanas a las que se vio sometida, sino por los pequeños detalles en los que no hemos pensado por mucho que hayamos leído sobre el tema. Una simple anécdota , como la de una amiga que también logró salir de la pesadilla, que llegó a ostentar el cargo de Ministra en su país, y que nunca dejó de llevarse las cucharillas de los restaurantes y los sitios donde iba a comer, sirve de mero ejemplo de las devastadoras consecuencias de tan horrible experiencia.

Para los supervivientes, la vida ya no vuelve a ser la misma, y en muchos casos, mejor habría sido no sobrevivir, porque ya no soportas dormir en una cama, ni hacer vida normal; pero nuestra protagonista es capaz de llegar a aceptar su destino, porque ello le permitió estar junto a su padre más tiempo que el resto de su familia, una familia que no supo entenderla a su regreso, y eso es otro de los elementos que emociona al lector: ser testigo del amor tan grande entre padre e hija. Ambos parten juntos, pero son llevados a diferentes campos. Ambos hacen lo posible por saber el uno del otro, poniendo en riesgo incluso su vida.

Una frase de su padre, pronunciada antes de separarse, queda grabada en la memoria de Marceline, y es en esta frase donde encontramos la razón de ser de este libro: " Tú podrás regresar, porque eres joven, pero yo ya no volveré". Una historia real, breve en páginas, intensa y desgarradora que golpea sin piedad a quien la lee. Hecha esta advertencia, sin duda lo recomiendo.

"Yo era tu niña querida. Lo era todavía a los quince años. Se es querida niña a todas las edades. Tuve tan poco tiempo de llenarme de ti...Todavía hoy, cuando escucho decir "papá" me sobresalto, aunque hayan pasado setenta y cinco años, aunque lo diga alguien a quien ni siquiera conozco . Esa palabra salió de mi vida tan pronto que me hace daño; solo la puedo decir en mi fuero interno, pero de ningún modo articularla. Y sobre todo, no puedo escribirla."


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