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¿Y tú qué propones?

Publicado el 25 septiembre 2014 por Anécdotas De Secretarias Erika Martin @erikassistant
Trabajé en una empresa en donde uno de los directivos estaba siempre súper ocupado.¿Habéis visto a los famosos en la tele que siempre van hablando por el móvil cuando les persiguen los paparazzi? Pues éste era igual. Siempre estaba dando paseos arriba y abajo por el pasillo hablando por teléfono y la gente del equipo detrás de él intentando hacerle alguna pregunta:
- Paco ¿hablamos cuando cuelgues?- ¡Puff! ahora no ... va para largo, te avisoÉl tenía despacho. Pero estoy convencida que salía al pasillo para que le viéramos. Y si pasábamos de él, entonces hablaba a voces para que todos le escucháramos bien. 
¿Y tú qué propones?

Alguna vez me llegué a plantear si el tipo era sordo y si estas llamadas eran reales porque aquello no era normal. Si es que iba incluso al baño con el móvil pegado en la oreja ¡¡puaaajj!!Estaba tan atareado y agobiado que hasta tenía la cara pálida y desencajada. Iba corriendo a todas partes, se le solapaban las reuniones y llegaba tarde a todas, a la mayoría ni siquiera se presentaba ... es que tengo mucho que hacer, decía. 

Para su desgracia tenía prácticamente todos los días comidas de negocios, de esas de cuatro horas con café, copa y puro.
Cuando conseguía entrar en su despacho, era bien entrada la tarde. Justo en ese momento en el que todos nos íbamos a casa ¡qué casualidad!. Bueno, eso si no le habían invitado a un afterwork, conferencia, cena, etc. porque entonces tenía que salir escopetado y, claro, no tenía tiempo para despachar asuntos con sus colaboradores.De modo que si tenías algún tema que consultar, había que pillarlo al vuelo. Los lugares para hablar con él eran el ascensor y por los pasillos. Vamos, sin ningún tipo de privacidad. Lo que hacía que muchas veces no sacarás a relucir algunos temas de carácter confidencial para que no te oyera cualquiera que anduviera por ahí. 
En ocasiones incluso le perseguías cuando bajaba a la calle a fumar. Estabas ahí esperando a que colgara, soportando 40º en verano o nevando o lloviendo con vientos huracanados en invierno. Igualito que los anuncios de chicles para dejar de fumar. El problema era que el único que fumaba era él y tu te comías el humo del cigarro. Lo triste es que estas persecuciones eran en valde porque no hacía el menor amago de colgar el teléfono.Aquello rozaba el ridículo. Tanta carrera, tanta reunión, tan comida, tantas llamadas no eran creíbles.Cuando por fin conseguías tener tu minuto de gloria en su apretada agenda y le consultabas algo respondía “¿Y tú qué propones?
¿Y tú qué propones?Ole, ole, ole ... la pregunta del millón. 
Es lo típico que enseñan en los cursos de coaching y liderazgo para directivos. Se supone que con esta táctica tu propones ideas que al ser tenidas en cuenta, hace que te sientas valorado. Y este reconocimiento, te motiva a continuar aportando soluciones en el futuro, naciendo en ti el sentimiento de pertenencia y compromiso con la organización. Yuhuu, ya eres un empleado fidelizado que daría todo por la empresa.
Personalmente odio esa pregunta, sí, la odio. Es un arma de doble filo.
Continuando con Paco, cuando le sugerías algo, te respondía “vale, quién mejor para desarrollarlo que tu, como la idea ha sido tuya; además ya ves que estoy muy ocupado…” 
Para los directivos esto es delegar. 
La realidad de la vida es que no te dan repuesta a tus dudas, que el que encuentra la solución, el que toma la iniciativa y desarrolla el proyecto eres tú. ¿Veis? Es una táctica de manipulación en toda regla. Después Paco asistía al comité de dirección y exponía la idea. Había dos opciones.
Colegas, actualmente se está implementando este proyecto en mi departamento.
Opción A
El resto de los directivos respondía: 
- ¡Buh! qué mala idea, no lo veo. Esto no va a darnos los beneficios esperados.
- Bueno, fue Fulanito el que la propuso y directamente se puso a trabajar en ello. Yo la verdad, es que me enteré ayer cuando preparaba la reunión. Tampoco lo veo muy acertado.
- Pero ¿cómo se le ocurre a Fulanito? ¡despídele! Ese proyecto nos va a llevar a la quiebra.
- Sí, lo haré.
Al salir de comité, llamaba al despacho al que había propuesto la idea y...
Fulanito, me has hecho hacer el ridículo, tu idea es una mierda, esto es es intolerable ¡despedido!
Es decir, sale tu nombre como culpable, tu jefe no te defiende y te vas al paro.
Opción B
Paco exponía y los demás respondían:
- Fantástica propuesta. ¿Cómo no se nos habrá ocurrido antes a los demás? Tío, eres un crack. Recuérdame que te suba el sueldo a principios de año.
- Sí, bueno, era evidente que lo que necesitábamos para duplicar la tasa de beneficio era esta medida tan simple de desarrollar. Gracias por el aumento.
Salía del comité y no daba el feedback al colaborador sobre si su proyecto había tenido buena acogida o no. Al contrario, éste le tenía que perseguir para descubrirlo. Entonces Paco le decía: 
- la propuesta ha sido aceptada por el comité de dirección ¡Enhorabuena! Venga, ponte manos a la obra ...Y le daba una palmadita en la espalda. Punto.
 ¡¡Un momentoooo!! ¿no echáis de menos algo? ¿no os habéis dado cuenta que, en la opción B, Paco no confesó que la idea no fue suya, atribuyéndose el mérito para él solito?
Yo cuando me encuentro en mi camino con un jefe de estos, mi respuesta es:
- ¿Que qué propongo? Pues le he estado dando vueltas al asunto, no te creas. Ya sé que estás ocupadísimo. Sin embargo, es que no logro encontrar una solución ... así sin datos presupuestarios, no sé qué podría ser más rentable para la empresa. Por eso he venido a que me guiaras con alguna recomendación. Me encuentro un poco perdida.
Jejeje es que yo también asisto a cursos para empleados donde enseñan a ser asertivos. Siempre he pensado que Paco se hacía el hiperactivo, estresado y abrumado debido a que el cargo le superaba profesional y personalmente. Y es que sea cierto o no, queridos directivos, no hay que abusar del "¿y tu que propones?" porque al final tu equipo empieza a plantearse que quizás no estés capacitado para el puesto al tener que estarte sacando las castañas del fuego. El resultado de esta costumbre es que reine la frustración y la desmotivación en el equipo debido a que el directivo está ausente y no asume su papel de líder.
¿Y tú qué propones?¿Qué consiguió Paco? Pues eso precisamente, que los integrantes de su equipo fueran dimitiendo poco a poco. ¿Por qué? pues porque pensaban Si tengo que hacer su trabajo, entonces quiero su puesto y su sueldo. Sino es aquí, quizás me den una oportunidad otra empresa".

Hasta ahora, he conocido a muy pocos directivos te valoran, motivan y reconocen tu talento, todo al mismo tiempo. La mayoría no lo hace. Yo creo que no lo hacen a propósito. Bien porque se dan cuenta de sus propias carencias y temen que les quites el puesto. O bien porque a lo mejor le pides un aumento de sueldo y claro con la crisis, bastante agradecido tienes que estar por tener un trabajo.


¿Y tú? ¿propones soluciones a menudo? ¿te lo reconocen o se quedan con tus medallas?
¿Y tú qué propones?

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