Revista Psicología

Y último día 10: Suelta… perdona… y olvida

Por Paulo Mesa @paucemeher
Y último día 10: Suelta… perdona… y olvida

Decirlo es facilísimo, pero hacerlo es una mierda. Es complicado borrarse de la mente lo que se escribió en el alma. Son recuerdos eternos, y si hiciste como te dije en la entrada de ayer, es mucho peor, la cosa se complica más. Son sensaciones y querer volver a eso es como una droga, como una especie de adicción. También hay que decirlo, hay que reconocerlo.

Si lo miramos con calma, nos daremos cuenta de que estamos agarrados de un montón de cosas. Algunas muy tangibles y otras completamente imaginarias. Unas son objetos, las otras son creencias que a su vez alimentan expectativas y miedos ¿De qué estás agarrándote en este momento?

También hay heridas de las que nos agarramos y desde ellas pretendemos comprender el mundo entero en el que vivimos. Armamos todo para probar una y otra vez que la herida sigue ahí, que somos víctimas de lo mismo y que por obra y gracia de quién sabe qué estamos pre-destinados. ¿Seguro que es así?

Cuesta comprenderlo a veces, pero somos responsables de prácticamente todo lo que nos pasa, del mundo que construimos. Quizás el problema es que no terminamos de entender en qué formas se da todo esto y mucho menos para qué.

Lo último es olvidar... como si fuera tan fácil. Pasar la página y seguir adelante, estando aquí y ahora, quitándole toda emoción posible a eso que añoramos, a ese "paraíso perdido", guardando la pequeña esperanza de que cambiemos de idea y volvamos a ver si se puede repetir la hazaña, pero parece que es imposible. Ya lo que fue es lo que era, no hay chance de nada nuevo por ahora, no por lo menos en las condiciones que conocíamos.

Lo que nos queda es estar abiertos, ver que llega, saber qué es lo que queremos encontrar. Por eso la importancia de soltar, de no agarrar nada, porque si aparece esa nueva oportunidad nos va encontrar con el puño cerrado sin poder recibirlo.

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